La primera vez que Robert Prevost escuchó que sería el primer Papa estadounidense era solo un niño de 6 años, y aunque solo unos días antes del Cónclave le repitieron esa profecía, el entonces cardenal tenía claro que ese destino es algo que «solo Dios sabe». El nuevo Pontífice tuvo clara su vocación desde muy joven, y aunque vivió un momento de zozobra en el que se planteó dejar el sacerdocio, ha dedicado su vida al servicio a los demás, sin saber que labor le llevaría a liderar la Iglesia Católica.
La noticia de su elección llegó a todos los rincones del planeta y fue recibida con fervor y júbilo entre los fieles, pero la alegría fue aún mayor entre todos cuantos le conocen, especialmente sus hermanos, John y Louis Prevost, que ayer asumían que Robert es ahora León XIV.
«Solíamos bromear con que sería Papa desde que tenía seis años porque se lo dijo una vecina», afirmó desde Florida (EEUU), Louis Prevost, antes de apuntar que «enloqueció» de alegría «cuando el cardenal salió y empezó a leer su nombre, y dijo Rob».
«Es alucinante que mi hermano haya sido elegido», manifestó Louis, antes de recordar que, desde que era pequeño «sabíamos que tenía algo especial».
Por su parte, su también hermano John contó que siempre sintieron que «Robert -a quien llaman familiarmente Rob- tenía una vocación clara: sintió la llamada a ser sacerdote en primer grado e ingresó en el seminario en octavo».
Según afirmó, «el corazón» del Pontífice «está con los pobres, con los que son ignorados en la vida» porque «ha pasado mucho tiempo en Perú». Además, se mostró convencido de que continuará con la labor de Francisco.
Pensó en casarse
Si bien su hermano aseguró que Robert quería ser «sacerdote desde pequeño», León XIV reveló en una entrevista que cuando era joven pensó en dejar su vocación.
«Algunas veces, hablaba con mi padre de cosas muy concretas, de las dudas que podían entrar cuando de joven pensaba quizás es mejor dejar esta vida y casarme, tener hijos, una vida, digamos, normal, lo que conocía también en mi familia, momentos de elección, de discernimiento que eran muy importantes», señaló Prevost .
El entonces cardenal subraya en la entrevista que tuvo «mucha confianza» en sus padres, a los que estaba muy unido.
Aunque tuvo un momento de duda, finalmente decidió continuar como sacerdote, lo que llevó a conocer «a mi familia religiosa, los agustinos».
Por parte de esta familia, ayer habló el Prior General de la Orden de San Agustín, el español Alejandro del Moral, que destacó el carácter «muy equilibrado y espiritual» de León XIV, al que definió como «una persona verdaderamente cercana a todos».
Esos mismos rasgos fueron los que destacó ayer fray Justo, un religioso de Lima al que León XIV formó de novicio en 1997. «Es un hombre de oración y un hombre cercano, sencillo, trabajador, que conecta perfectamente los dos ámbitos: el interior con el exterior».
Precisamente fue fray Justo quien el pasado domingo le auguró el nuevo encargo a Prevost, al que llama padre Roberto. «Tienes que ser muy santo porque vas a ser elegido Papa», le dijo. Ante esas palabras, días antes de su elección, el ahora Pontífice le respondió con naturalidad: «Esas cosas no se dicen, eso solo lo sabe Dios; no digas esas cosas».