E l campo lleva tiempo revuelto. En las últimas semanas se habían visto diferentes concentraciones en varias ciudades españolas. Cazadores que reivindican su actividad en Valencia, Pamplona o Logroño; regantes que protestan contra su confederación hidrográfica en Andalucía o Aragón; tractoradas en Logroño, Oviedo o Lugo… Las políticas de los ministerios de Agricultura y Transición Ecológica no contentan a las gentes del medio rural y este domingo se celebró una manifestación para hacerlo patente.
Bajo la convocatoria de la plataforma SOS Rural, varios miles de personas (1.500 es la cifra que dio la Subdelegación de Gobierno una hora antes del comienzo de la marcha; 25.000 según la organización) se reunieron el pasado domingo en Madrid para denunciar las leyes «excluyentes» que se están aprobando y que a su juicio «ponen en peligro» las actividades vinculadas al campo. Daniel Ruiz, uno de los portavoces de la plataforma, aseguró que las administraciones «siguen legislando en contra» de los productores y de los demás colectivos asentados en el medio rural. Entre otras, criticó la Ley de Bienestar Animal por ser «dogmática», o la «falta» de una «política hidrológica» mientras se «está acabando con la sostenibilidad de los regadíos».
Por eso, explicó, el domingo, entre pancartas en defensa de diferentes colectivos como agricultores, ganaderos, cazadores o transportistas, lanzaron un «grito de socorro» a la sociedad «ante el abocamiento a la ruina» a la que «llevan al campo, al mundo agrario y al entorno rural» con estas «políticas alocadas que van en contra de la lógica». Son unas leyes, afirmó, que dificultan la producción agrícola y ganadera nacional, «poniendo en peligro su supervivencia». En ese sentido, ha alertado de la creciente dependencia que hay de los alimentos importados desde terceros países, «sobre los que no tenemos garantías sanitarias y, además, serán mucho más caros».
El campo alza de nuevo la vozSOS Rural aseguró que «la marea de indignación de los españoles que viven y trabajan en el mundo rural, que se ha hecho patente hoy (por el domingo) en Madrid, responde a la alarmante falta de conocimiento de los políticos sobre el mundo rural, sus políticas cainitas y ante la falta de eficacia y endogamia de las organizaciones agrarias tradicionales». De hecho, la plataforma calificó a estas organizaciones de «obsoletas» y las acusó de abandonar «la defensa de los intereses del sector primario».
Además, sus portavoces aseguraron que la manifestación del domingo fue el «hito fundacional de un movimiento imparable que desbordará la política española. Hoy empieza todo. Esta manifestación es el inicio de un terremoto social que será imparable. Daremos la vuelta al tablero. Comprometemos en ello nuestro esfuerzo, compromiso y nuestra vida. Ha nacido SOS Rural y vamos a pelear, vamos a ganar nuestro futuro y, de paso, haremos ganar a nuestro gran país, que es España».
«Si el mundo rural muere, también lo hará la sociedad porque pasará a depender la alimentación de grandes corporaciones agroalimentarias y fondos de inversión que producirán muy lejos de España, aumentando la huella del carbono y por lo tanto contaminando mucho más», lamentó otro de los portavoces de la plataforma, Víctor Viciedo.
El campo alza de nuevo la voz«Están prohibiendo el 50% de los fitosanitarios y quieren que reduzcamos también la fertilización, con lo cual vamos a producir menos y eso no es sostenible porque a la misma cantidad de agua estamos produciendo menos. Nos quieren imponer un modelo de producción con la nueva PAC de los eco-regímenes y nos quieren controlar todo con un cuaderno digital. Y luego, si encima abandonamos porque no podemos sostenerlo, nos quieren robar las tierras con leyes que contemplan la expropiación para luego regalárselas a las grandes compañías de fotovoltaicas y de renovables en general», denunció el Viciedo.
La organización relató situaciones concretas que, sostienen, están sucediendo en España: «Con el apoyo de los políticos, existe una intimidación constante de empresas multinacionales para comprar a muy bajo precio tierras de agricultores, que están al límite, para hacer acopio de hectáreas y hectáreas. E instalan enormes extensiones de placas solares. Nada menos que el 30% del suelo cultivable en España está ya acotado por las Administraciones para instalar placas solares», aseguraron. «Esta suerte de saqueo organizado de tierras de familias españolas tiene consecuencias para todos: Marruecos se está convirtiendo en la huerta que antes era España y nos impone productos de peor calidad, caros y sin controles sanitarios. ¿Qué tipo de inconfesables intereses existen para robar las tierras a las familias españolas y entregar así la actividad agrícola a Marruecos?», se preguntó SOS Rural.
Lazos internacionales.
Carlos Bueno, también de SOS Rural, remarcó el trabajo que esta plataforma ciudadana viene desarrollando en Bruselas, porque en su opinión de ahí viene «el 85 % de las leyes» que les afectan. En este sentido, mostró su cercanía y trabajo conjunto junto al partido político holandés BBB, que antes fue un movimiento similar a SOS Rural, y con los famosos «chalecos amarillos» franceses.
La plataforma, según sus portavoces, tiene como objetivo convertirse en un agente imprescindible de la política española para poder «influir en las decisiones que están creando un estropicio social y económico sin precedentes para nueve millones de personas». Anuncian además que «ya estamos trabajando con movimientos muy similares en Holanda, Francia y Alemania para consolidar un movimiento paneuropeo con SOS Rural como protagonista dentro y fuera de nuestro país».