La VI Marquesa de Griñón volvía a la vida pública como embajadora de Kronos Home en un evento muy esperado por los medios de comunicación. Acompañada por Susana Uribarri, llegaba con una sonrisa en el rostro y dispuesta a responder las grandes incógnitas en torno a su relación con Íñigo Onieva.
Tamara Falcó se mostraba cercana a la prensa, respondiendo todas sus preguntas con amabilidad y empatía. Despejaba rotundamente la pregunta más formulada: ¿volvería con el que iba a ser su marido? La respuesta era simple y sin necesidad de pensarla ni un par de segundos: "Yo esto lo veo imposible, lo veo imposible" aseguraba. La infidelidad y la mentira son las únicas cosas que no podría llegar a perdonar, aunque confesaba que ella habría dejado pasar algún acercamiento a otra mujer, pero para nada hubiera permitido una infidelidad.
También confirmaba que su círculo cercano tenía sospechas de la conducta de Íñigo Onieva, pero no tenían pruebas suficientes para acusarle de manera directa. Ahora, se siente totalmente aliviada y agradecida de haber roto su relación antes de haber dado un paso tan grande, planteándose qué hubiera pasado si la noticia la hubiera recibido cuando ya hubieran formado una familia. Recordaba que el empresario no solo le mintió a ella, sino que fue capaz de difundir un comunicado que negaba sus actos y pedía que se respetase su intimidad, algo que le ha dejado en evidencia tan solo unos días después de publicarlo.
Tamara Falcó desvelaba el momento en el que Íñigo Onieva trató de sincerarse tras publicarse toda la información del polémico vídeo: "El viernes por la noche empezó a decir 'bueno, puede que sea verdad'". Ese fue el momento en que ella le dio un ultimátum y desde entonces, se rompió su relación. "Ahí dije: 'que sepas que me da igual si han sido seis segundos o un nano segundo en el metaverso, como esto sea verdad, aquí se acaba todo'" recordaba.
Sin perder el ánimo, agradecía el apoyo a la prensa, a su familia y a sus amigos, que ha significado tanto para ella en los últimos días. Bromeaba con que Isabel Preysler podría haber sido quién filtró el famoso vídeo. También aprovechaba para limpiar el nombre de su madre y negar que esta se pusiera en contacto con Íñigo Onieva para prohibirle que se acercase a ella.