«Aquí no hay nada, solo nieve». Así describía ayer el teniente de alcalde de Prads-Haute-Bléone, Alain Liardet, la zona en la que se estrelló el avión de Germanwings con 150 personas a bordo entre pasajeros y tripulación. Este municipio, de tan solo 232 habitantes, es uno de los más cercanos al lugar del accidente, junto a Méolans-Revel, tan remoto y deshabitado como el anterior (su censo apenas supera las 350 personas). De hecho, el propio dirigente señaló que la aeronave se precipitó entre ambos pueblos, situados en el departamento francés des Alpes de Haute-Provence, al norte de Niza.
«Aquí es donde nacen los Alpes», comentó un portavoz del Ayuntamiento de la ciudad cercana de Barcelonnette, cuya capital de departamento es Digne-les-Bains, un lugar donde arranca una de las novelas más famosas de la literatura gala, Los miserables, de Víctor Hugo. Solo situando este casi inaccesible lugar se entiende la dificultad para rescatar los restos del Airbus A320, así como los cuerpos de las víctimas. Y también conociendo tan peculiar ubicación se explica que muy pocos testigos pudiesen narrar lo sucedido.
«Vi un avión que volaba muy bajo, más de lo normal», indicó Jean-Paul, un residente de la localidad de Méolans-Revel, que remarcó que la poca altitud a la que planeaba la nave le llamó la atención. Sin embargo, la fortuna del vuelo procedente de Barcelona no llegó a inquietarle: «Vi que estaba como a unos 4.000 metros y me pareció que no era peligroso».
En cambio, a Sébastien Giroux, que regenta una serrería en el municipio de Prads-Haute-Bléone, sí que le asustó contemplar tan cerca al Airbus A320 de la compañía alemana, puesto que, en su opinión, a esa altura «era imposible que atravesase la montaña». Un presagio que, por desgracia, se cumplió.
En su relato indicó, además, que no vio humo ni escuchó ruidos extraños poco antes del choque. Asimismo, aseveró que no presenció el momento exacto del accidente, que tuvo lugar poco después de las 10,47 hora local, y precisó que tampoco escuchó el sonido del impacto, debido a que tuvo lugar a una decena de kilómetros de donde él se encontraba.
Un español fue también testigo de la tragedia, tal y como relató a La Sexta. Joaquín de Eduardo reside en Düsseldorf, donde se dirigía la aeronave siniestrada, pero se encontraba cerca de la zona del accidente. «Vimos pasar un avión a baja altura, pero no nos preocupamos en exceso», apuntó, para añadir que se enteró de lo ocurrido por la televisión. «Ahora estamos con la incertidumbre de qué ha podido pasar. Hay muchos ciudadanos españoles aquí y todos necesitamos el avión para volver a casa, pero es cierto que, de momento, tenemos ciertos reparos en subirnos a uno», reveló.
De hecho, Düsseldorf fue una de las ciudades alemanas que más emigrantes nacionales acogió durante los años 60 y 70. Un pasado que sigue presente en la actualidad, ya que muchos de aquellos trabajadores se quedaron en el municipio germano y formaron allí un nuevo hogar.
Destruido.
Más allá de los testimonios de los testigos del accidente, impactan las palabras de aquellos que sobrevolaron el lugar horas después de la tragedia. «No hay nada más que restos y cuerpos», resaltó el diputado francés Christophe Castaner, tras observar junto al ministro del Interior galo, Bernard Cazeneuve, desde un helicóptero el lugar en el que se estrelló la aeronave de Germanwings. «El avión está totalmente destruido. Tristeza. Imágenes espantosas en este paisaje de montaña», indicó en su cuenta de la red social Twitter.
En la misma línea, el presidente del Consejo General de la región de los Alpes-Alta Provenza, Gilbert Sauvan, aseguró que el Airbus A320 ha quedado «completamente destrozado» y que el resto más grande del aparato tiene el tamaño de «un coche».
Otro de los testigos sobre el terreno, el guía de montaña que acompañó a los equipos de rescate, Jean-Louis es Bietrix, declaró también que el aparato se destruyó en la colisión. «Por desgracia, no había nada que hacer. En la zona no hay mucho que ver. Hay pocos escombros, son más piezas. El avión desapareció por completo», aseguró el hombre.