Partido de ritmo trepidante el que se vivió en el estadio de El Sadar entre Osasuna y Girona que se llevó a los golpes el conjunto catalán que demostró el por qué está situado donde está pese que a Osasuna le dificultó su juego habitual y llevó el partido por otros derroteros.
Comenzó mejor el conjunto visitante que se hizo acreedor de su posición en liga y lo demostró sobre el tapete. El Girona llegaba al Sadar como uno de los mejores equipos, empatado a puntos con el Real Madrid y en un ejercicio de fútbol de ataque llevó peligro. Primero con un remate de Yángel Herrera que se marchó por encima de la portería de Sergio Herrera y después con una jugada para enseñar en las escuelas de fútbol de cómo se sale de una alta presión en la salida de balón. Una jugada de tiralíneas que comenzó cerca del área propia y que fue entrelazada por Blind, Dobvyk, Savinho y finalmente Iván Martín que puso el 0-1 tras una magnífica jugada.
Sin embargo, el gol no dejó tocado a Osasuna si no todo lo contrario, lo despertó. Comenzaron los rojillos a jugar más en campo contrario, circuló el balón más rápido y mejor y comenzó a merodear a el área de Gazzaniga. Fruto de ese dominio llegó una buena acción desde la izquierda entre Aimar y Chimy, que prolongó Budimir de tacón y que finalizó Moi Gómez con un disparo que obligó a Gazzaniga a intervenir y dejarla muerta para que el rechace lo aprovechase Budimir a la perfección para establecer el empate.
A partir de ahí, Osasuna siguió dominando en campo contrario y tuvo una acción para igualar el partido a cargo de Rubén Peña tras un centro de Aimar Oroz, pero el remate de Peña se marchó alto.
Tras la reanudación, Osasuna continuó con el ritmo del final del primer acto y en una buena acción individual de Mojica pudo llegar el segundo, pero el balón se marchó rozando el palo tras el tiro cruzado del colombiano. Fueron los mejores minutos del conjunto rojillo, una gran jugada coral que comenzó por la derecha y terminó en la izquierda con preciso centro de Mojica y un mejor remate de Budimir que envió el balón de nuevo al fondo de las mallas. Una gran tarde para el croata que iba a deslucirla el marcador final.
Básicamente porque el Girona consiguió darle la vuelta al partido en un ejercicio de fútbol y fe. Primero fue Dovbyk con un remate certero de cabeza y acto seguido fue Tsygankov en una jugada llena de rechaces quién se llevó finalmente el balón para batir a Herrera con fortuna. A partir de ese momento, Osasuna se volcó en ataque para conseguir la igualada a tres pero quién acertó en última instancia fue el Girona con un golazo de Aleix García para cerrar un loco partido.