Alrededor de 400 personas, según la delegación del Gobierno, han participado este sábado en una manifestación, convocada por la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria, Marcha Mundial de las Mujeres y Gune Ekosozialista y a la que se han adherido más de 60 agentes sociales, en la que se ha reclamado una "alternativa ecosocial justa" con "planificaciones públicas sólidas y democráticamente construidas".
La movilización ha partido pasadas las doce del mediodía desde la Plaza del Castillo de Pamplona. Abría la marcha una mujer que portaba una bandera de Palestina seguida de la pancarta principal, con el mensaje 'Alternatiba ekosozial justua'. Entre los manifestantes se han visto banderas de los diferentes colectivos que han respaldado la convocatoria así como pancartas y carteles con reivindicaciones en contra del Tren de Alta Velocidad, por unas pensiones mínimas de 1.080 euros o en defensa de la sanidad pública, entre otras.
En un manifiesto, leído al término de la protesta, los convocantes han advertido de que "la situación actual nos lleva a una crisis ecológica cada vez más profunda y de mayor precariedad. La emergencia climática es evidente, la precariedad se extienden en las condiciones de trabajo y de vida, los precios suben y derechos como la alimentación saludable quedan vulnerados. Se están desmantelando además los servicios públicos. Los cuidados son fundamentales pero en la actualidad el derecho colectivo al cuidado no está garantizado".
Han destacado que "el machismo y el racismo van en aumento. Aumentan las guerras y el autoritarismo", a lo que han sumado "los fondos buitres, las grandes superficies y las entidades bancarias que acumulan cada vez mayores beneficios". "Las políticas públicas impulsadas por los gobiernos actuales no son suficientes para cambiar esta dirección", han asegurado.
La movilización ha girado en torno a siete reivindicaciones. Por un lado, se ha reclamado "un planeta habitable" para lo cual "hay que hacer frente a la emergencia climática y a la crisis ecológica". Por otro lado, se ha apostado por un modelo económico y social que tenga como objetivo "garantizar vidas habitables, no garantizar el negocio y beneficio de unos pocos".
De la misma manera, han llamado a "dignificar y redistribuir los trabajos" y a "repartir la riqueza" de manera que "quien más tenga que más pague". Otra demanda pasa por "no dejar en manos del mercado los ámbitos esenciales para la vida. La soberanía alimentaria, las telecomunicaciones o la energía son imprescindibles y hay que apostar por ello desde el ámbito público".
La manifestación ha reivindicado, además, "todos los derechos para todas las personas" y "acabar con el machismo, el racismo y con todos los ejes de opresión y discriminación que atraviesan nuestras sociedades". También ha expresado su rechazo a la guerra y el gasto militar y su apuesta por "la desmilitarización de la sociedad y de la economía".