Los líderes del G7 han lanzado este viernes desde la ciudad japonesa de Hiroshima un alegato en favor del desarme nuclear, dentro del cual han llamado a no revertir los progresos logrados desde el final de la Guerra Fría y han tachado de "inadmisibles" las amenazas vertidas por Rusia sobre el posible uso de este tipo de armamento en el marco de la ofensiva militar lanzada en Ucrania.
"Una guerra nuclear no se puede ganar ni se debe librar", han dicho los jefes de Estado y de Gobierno del G7, que se han dirigido de forma expresa a Moscú para que cumpla los compromisos suscritos, también en su "irresponsable" retórica belicista, dentro de la cual el presidente ruso, Vladímir Putin, ha lanzado varios avisos.
En este sentido, y teniendo en cuenta el "recordatorio" que representa Hiroshima de la "devastación sin precedentes y el inmenso sufrimiento humano" derivado de las armas nucleares, han pedido que se siga avanzando hacia la plena eliminación. Rusia y Estados Unidos, país miembro del G7, desempeñan un papel clave en estos esfuerzos, en la medida en la que acumulan alrededor del 90 por ciento de las armas atómicas.
"Lamentamos profundamente la decisión de Rusia de obstaculizar el Nuevo Tratado START", han sentenciado los líderes, sólo unas horas después de realizar una simbólica visita al principal monumento en homenaje a las víctimas de la bomba lanzada por las fuerzas estadounidenses sobre Hiroshima en el año 1945. También le han recordado a Moscú que existe una moratoria sobre los ensayos nucleares, ante el temor de que pueda llevar a cabo algún tipo de prueba.
La preocupación del G7 se extiende al control ruso sobre las instalaciones nucleares de Ucrania, por el "grave riesgo" que ello conlleva. Las fuerzas de Rusia controlan desde marzo de 2022 la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, y en cuyas inmediaciones siguen registrándose combates de forma recurrente.
Nuevas sanciones a Moscú
Los líderes del G7 han anunciado también los preparativos de nuevas sanciones destinadas a "asfixiar la maquinaria de guerra rusa" y cerrar los vacíos legales que han permitido a personas y entidades rusas evadir las sanciones internacionales, entre otros aspectos
"Vamos a ampliar nuestras acciones para garantizar que las exportaciones de artículos esenciales para Rusia y su guerra de agresión, incluidos los que emplea en el campo de batalla, queden restringidos en todo el mundo", según el comunicado de apertura del G7 en el inicio de la cumbre de Hiroshima (Japón).
El G7 prestará una atención especial en este sentido a los sectores directamente asociados con la industria del armamento --producción, construcción, transporte y servicios comerciales--.
Los líderes mundiales también centrarán sus miras en aquellas entidades que transportan material al frente de Ucrania, caracterizadas muchas de ellas por eludir las sanciones actuales. Además, los líderes del G7 reiteran su llamamiento a terceros "para que dejen de brindar apoyo material a la agresión de Rusia de inmediato o enfrenten costos severos".
La eliminación de estos vacíos legales se extiende al sistema financiero general. "Estamos tomando medidas para reducir aún más las vías para que Rusia eluda nuestras sanciones financieras, incluso evitando que se utilicen sucursales de bancos rusos en terceros países para evitar sanciones", según el comunicado, publicado en la web de la Casa Blanca.
"Continuaremos tomando las medidas necesarias contra el sector financiero de Rusia mientras nos coordinamos para preservar los canales financieros para transacciones esenciales", añaden los líderes mundiales, "y seguiremos reduciendo los ingresos de Rusia para financiar su agresión ilegal tomando las medidas apropiadas para limitar sus ingresos energéticos y sus futuras capacidades extractivas".
De igual modo, los líderes del G7 se comprometen a redoblar sus esfuerzos "para garantizar que Rusia paga por la reconstrucción a largo plazo de Ucrania" y aplauden, en este sentido, la creación del llamado Registro de Daños causados por la agresión de Rusia contra Ucrania y todas las iniciativas para confiscar los activos soberanos de Rusia en el extranjero con vistas a que sirvan, algún día, para costear la destrucción causada.
Por último, los líderes del G7 reiterarán su compromiso con la rendición de cuentas de los responsables del Gobierno ruso, con el presidente, Vladímir Putin, a la cabeza como objeto de una orden de arresto por el Tribunal Penal Internacional (TPI), por la deportación forzada de niños ucranianos.
"Condenamos enérgicamente la deportación y el traslado ilegales de ucranianos, incluidos niños, de las zonas ocupadas de Ucrania a Rusia, y continuaremos siguiendo el progreso de la investigación de del TPI a este respecto", añade el G7.
Preocupación por China
El comunicado de las potencias incluye también alusiones a China, a la que acusan de "acelerar" sin la más mínima transparencia su acumulación de arsenal nuclear y a la que emplazan a acudir a foros multilaterales centrados en temas de desarme, al tiempo que menciona a Corea del Norte, para reafirmar el apoyo a las sanciones mientras el régimen de Kim Jong Un persista en su actual carrera industrial y armamentística.
Los gobiernos del G7 se muestran "profundamente preocupados" por la "escalada" del programa atómico en Irán, que "no tiene una justificación creíble para su uso civil". "Reiteramos nuestra clara determinación de que Irán no debe desarrollar nunca un arma nuclear", han dicho, para acto seguido pedir la aplicación de la resolución de la ONU que abre la puerta a sanciones.
La vía diplomática sigue siendo "la mejor manera" a ojos del G7 de resolver las dudas que suscita la industria de Irán. El acuerdo nuclear de 2015 se mantiene como "referencia útil" en estos trabajos, pese a que la desvinculación de Estados Unidos de dicho pacto bajo la Presidencia de Donald Trump y los sucesivos incumplimientos de Teherán lo han dejado prácticamente en papel mojado.