Cristina Ibarrola ha protagonizado el momento curioso de la mañana en plena festividad de San Saturnino. En su condición de sanitaria, la alcaldesa de Pamplona no ha dudado lo más mínimo en atender a una mujer que, en el interior de la iglesia de San Saturnino, estaba sufriendo una leve lipotimia.
Finalmente han sido dos las personas que han requerido atención médica, dadas las altas temperaturas que se han dado en el templo, que este 29 de noviembre ha vivido por primera vez el baile de los gigantes. La expectación era tal, que dadas las limitaciones de espacio y por motivos de seguridad, al interior de la iglesia únicamente han accedido los ocho gigantes, el cabezudo Alcalde, el kiliki Coletas y un zaldiko, en representación de todas las figuras municipales.