El sector agroalimentario de Castilla-La Mancha está de enhorabuena. A la lista de productos amparados por una denominación de origen protegida (DOP) se le unieron dos nuevos vinos hace apenas tres meses, con lo cual ya son 22 las zonas de la región en las que se elabora vino protegido por esta figura de calidad. Eso constituye más de un 20% de las 103 que hay por toda España. Además, gracias a esa distinción, estos dos vinos pasan a estar bajo el paraguas de Campo y Alma, una marca creada por el Gobierno de la comunidad para dar visibilidad a los productos que cuenten con una IGP o una DOP y apoyar de esa manera a los agricultores, ganaderos y transformadores que trabajan día tras día en el medio rural.
Una de las dos incorporaciones es la DOP Campo de Calatrava, que se ubica en la comarca del mismo nombre, en la que diversos yacimientos prueban el consumo de vino ya en la Edad del Bronce. Esta zona es un auténtico filón agroalimentario en donde se producen y elaboran alimentos tan emblemáticos como la Berenjena de Almagro con IGP o el aceite de oliva virgen extra con DOP Campo de Calatrava. Geográficamente incluida en la provincia de Ciudad Real, son 16 los municipios que la forman en el extremo sureste del Macizo Ibérico. Se trata de la zona más importante en la que se ha manifestado vulcanismo en la Península Ibérica recientemente y ese es un factor determinante para su producción agroalimentaria en general y para la viticultura en particular.
Y es que la actividad eruptiva es uno de los rasgos que caracterizan al Campo de Calatrava y el resultado es un territorio complejo, pues esta manifestación está superpuesta a otras estructuras geológicas previas, con centenares de centros de emisión de lava puntuales y dispersos. El color oscuro de los suelos de esta comarca hace que absorban mayor cantidad de radicación solar, propiciando mayor temperatura en el suelo y generando, desde el punto de vista agronómico, suelos más tempranos para el desarrollo del cultivo de la vid. Además, la pedregosidad de la superficie es elevada, característica que supone un elemento diferenciador para la obtención de vinos.
La familia aumentaLa temperatura media anual de la zona se encuentra entorno a los 15,6 grados, con máximas medias de 21,7 y mínimas de 9,5, lo cual representa una condiciones térmicas óptimas para un correcto desarrollo vegetativo de la vid. Al ser una región con un régimen de pluviosidad anual bajo -apenas 400 milímetros- y con una humedad relativa también baja, el riesgo de enfermedades asociadas a la humedad (mildiu, oídio) es prácticamente inexistente. A todo ello se unen las 2.800 horas de insolación que recibe este territorio todos los años.
Gracias a que el clima y el suelo lo propician, y a que los productores de la zona se esmeran en cuidar el producto desde la cepa a la copa, los vinos del Campo de Calatrava expresan una amplia gama aromática propiciada por la riqueza en su tipología de suelos y la influencia del origen volcánico del territorio. La abundancia de variedades de uva (10 tintas y 11 blancas) potencia la gama de aromas e incrementa la complejidad de los vinos, que pueden ser tintos, rosados, blancos, espumosos e incluso de uvas sobremaduradas.
La presencia de suelos oscuros que generan maduraciones más tempranas permiten alargar el ciclo, lo que unido a la elevadísima insolación y a los valores superiores de potasio, fundamental para una correcta nutrición de la vid y la obtención de una uva de calidad, propician y potencian su complejidad aromática. El Campo de Calatrava deja, además, su huella geoquímica en los vinos, que presentan componentes minerales singulares y diferenciadores. Se trata, en fin, de vinos equilibrados, estructurados y frescos con una elevada graduación alcohólica y color intenso.
La familia aumenta - Foto: Rueda VillaverdeRosalejo.
La otra DOP que se une a la lista es, de hecho, un Vino de Pago, lo cual implica un ámbito geográfico y una producción reducidos, y en consecuencia un punto extra de exclusividad. En el caso de Rosalejo se trata de poco más de 1.300 hectáreas a caballo entre el municipio ciudadrealeño de Anchuras y el toledano de Sevilleja de la Jara.
Rosalejo se encuentra al pie de la Sierra de Sevilleja (Montes de Toledo), siendo la primera barrera montañosa que se encuentran las borrascas provenientes del Atlántico después de atravesar el sur de Portugal y Extremadura. Esto posibilita una pluviosidad anual (650 milímetros) relativamente alta si se compara con otras zonas cercanas. Además hay influencia del clima atlántico, lo cual, unido a una altitud relativamente baja (650 metros) hace que las temperaturas sean templadas, tanto en invierno como en verano. Esta característica está potenciada, además, por la cercanía del embalse de Cíjara, uno de los más importantes de España tanto por su capacidad (1.505 hectómetros cúbicos) como por su superficie (6.556 hectáreas de lámina de agua).
Pero aparte de que las condiciones ambientales acompañen, la mano del hombre también tiene su parte de responsabilidad para que los vinos de Rosalejo tengan la calidad que tienen. Los viñedos están plantados en exposición norte-sur, con el mejor material vegetal y se realizan diversas prácticas de manejo en verde, como son la eliminación de feminelas y el aclareo de racimos para mejorar la calidad de la uva. Como curiosidad, solo se trabaja con tres variedades -garnacha tinta, syrah y tempranillo- y los rendimientos permitidos por hectárea son bajos, lo que ayuda a aumentar más la calidad de la uva. En cuanto a los trabajos en bodega, se realizan diferentes procedimientos como la refrigeración de la uva en cámara frigorífica a la llegada al recinto, la selección de racimos antes del despalillado y la eliminación de partes verdes y granos verdes después del despalillado, así como la fermentación alcohólica controlada.
La familia aumentaToda esta labor da como resultado vinos con una magnífica acidez total natural y un PH bastante bajo. Esta acidez aporta a los vinos equilibrio en el paladar y un carácter fresco y joven a pesar de encontrarnos en una latitud bastante meridional y con un clima cálido. Otra característica de los vinos de Rosalejo es su tonalidad rojo rubí, que se mantiene prácticamente inalterado con el paso del tiempo. Además envejecen muy bien, algo que se aprecia al degustarlos y sentir sus taninos a pesar de los años.
Dos nuevos miembros se unen, pues, a la familia de productos con DOP en Castilla-La Mancha, que además de 22 vinos cuenta con otros ocho productos. El trabajo duro de agricultores, ganaderos e industrias convierte a la región en uno de los líderes agroalimentarios dentro de un país, España, que es líder mundial en este ámbito.
Los mejores productos a solo un clic: market.campoyalma.com
Además de apoyar a los agricultores y ganaderos y colaborar en la promoción de los productos agroalimentarios castellano-manchegos con IGP y DOP, Campo y Alma cuenta con una plataforma de compras en internet. Se trata de market.campoyalma.com, a través de la cual los consumidores tienen la oportunidad de adquirir, directamente al productor, sin intermediarios y con solo un clic, un enorme abanico de alimentos: aceites, vinos, quesos, verduras y hortalizas, carnes, azafrán, miel, conservas, alimento ecológicos... En la plataforma se pueden encontrar tanto productos amparados por DOP o IGP como otros que no cuentan con esas figuras pero son también de altísima calidad y están cultivados, criados o elaborados en Castilla-La Mancha. Además, consumiendo alimentos procedentes de nuestra región se colabora en la lucha contra la despoblación y el cambio climático gracias a la manera en la que son producidos, siempre con respeto por el medio ambiente y en zonas desfavorecidas.