Dice, cuando lo presentan, que a su figura de escritor y periodista le añaden últimamente la de librero. "Me hace gracia e ilusión que me digan que soy librero más que escritor. Yo soy lector desde niño. Uno lee, dibujo o juega. Librero es una consecuencia de leer, de recomendar. Todos los que leemos somos libreros".
Pero entre periodista y escritor se queda con su faceta de escritor. No lo duda: "No me gusta la velocidad del periodismo. Nunca ha ido conmigo esa prisa. La velocidad nunca es sinónimo de acierto. Llegar el primero no vale para nada en el periodismo. Hay que llegar bien, con la noticia bien hecha. Si hay que contar una historia prefiero escribirla a mi tiempo, a mi ritmo. Me gusta la tranquilidad de la escritura".
Montó una librería, La librería de Doña Leo, y asegura que todas las librerías se parecen "en el objeto que venden y en el punto caótico que tienen. Es un poco al gusto de quien esté en el momento. Los géneros se mezclan. Me gusta ese punto caótico en el orden. Los libros son como las cerezas. Coges una pero sacas varias. Cuando vas a por uno es porque lo tienes claro, pero lo normal en una librería o una biblioteca es que tengas ganas de llevarte otro".
Máximo Huerta en un momento de la entrevista en el programa Cara a Cara de Navarra TelevisiónSe siente admirador de Ana María Matute. Cuando ganó el premio primavera de novela en 2014 con su obra, La noche soñada, pidió a la escritora un consejo para escribir. Le recomendó un buen vino pero, sobre todo, que viviera. "Un autor que no ha vivido, que no ha tropezado o no se ha ilusionado es difícil que escriba".
Junto a esto, dice que "la imaginación es el motor para escribir. Todos envolvemos de literatura y de imaginación nuestra vida". A partir de esta reflexión, confiesa que le hubiera gustado haber vivido más su vida. "Ojalá viviéramos mucho y con una intensidad cercana a la adolescencia, pero no tenemos esa fuerza toda la vida. Me hubiera gustado darle más energía y fiereza a esa etapa en mi vida. Se me quedó un poco descafeinada. Hay que vivir sin miedos, sin vergüenza, sin pudor. Todo influye cuando se es joven. Mi casa, por ejemplo, no era una casa feliz donde fuera agradable la convivencia. Esa etapa se me queda coja y me gustaría volver a repetirla".
Ávido lector desde niño, Máximo Huerta dice sentirse libre leyendo. Si un libro no le convence lo deja de leer: "Ya lo hacía de pequeño. No dejaba de leer. Si no me gustaba abandonaba esa lectura".
Máximo Huerta en la biblioteca del CIVICAN de Pamplona donde fue entrevistadoTambién defiende que no es cierto que no haya tiempo para leer. "Quien dice que no tiene tiempo es que no le apetece o no ha encontrado el libro que le enganche. El tiempo lo reparte cada uno como quiere".
PERIODISMO Y ACTUALIDAD
En su entrevista concedida al programa Cara a Cara de Navarra Televisión, Huerta dice que cuando escribe una novela la lleva todo el día en su cabeza. "Soy escritor 24 horas". Pero, en este sentido, asegura que "hay mucha épica en torno al periodista y a su dedicación. Eso es producto de las series y las películas. El periodista no es más que un ciudadano más activo respecto a la noticia".
Lo asegura con conocimiento de causa. Durante su faceta de periodista ha hecho informativos y televisión de entretenimiento en donde "me lo he pasado muy bien incluso con noticias difíciles de contar, como el 11S o el 11M. He disfrutado mucho".
Y, frente a los códigos deontológicos establecidos en el periodismo, defiende la mentira, aunque con matices. "La mentira en una entrevista, y no me refiero a la política, es muy necesaria para vivir. Yo vivo ahora en la mentira. Mi madre ahora es dependiente y no siempre recuerda todo. Le digo que mi abuela vendrá o que mi hermano, que no tengo, vendrá también. La mentira creo que es vital". Con todo admite que es doloroso hacer eso con su madre. "Es una batalla que no vas a ganar. Nunca nada va a ir a mejor. Asumir eso es dramático y asfixiante, pero es lo que hay", afirma con cierta resignación. "Así que todas las veces que pueda mentir, mentiré. La verdad es innecesaria muchas veces".
Dice que aceptó el cargo de ministro porque pensó que podía cambiar las cosas: "Si no, no lo acepto. En esos días previos a tomar la cartera pensé en todo lo que podía hacer. Ya iba gestionando. Fui consciente de que podía cambiar las cosas". Lo asegura quien fue ministro de Cultura y Deporte en 2018, si bien su mandato apenas duró una semana tras salir a la luz una sanción por fraude fiscal y convertir su mandato en el más corto de la democracia.
Sabiendo todo lo que sabe ahora, afirma que ha intentado olvidar algunas cosas. "Al principio era una herida muy abierta pero ahora me puedo hasta reír. Yo soy dueño de mi decisión".
Huerta asegura que el caso que rodea al exministro José Luis Ábalos "no me ha sorprendido. El malo siempre tiene cara de malo. Pocas veces engaña la cara. En las novelas uno ya sabe cómo va a ser el malo. ¿Le prestarías el coche a Ábalos?".
En sus novelas dice que nunca describe a sus personajes físicamente para que sea el propio lector quien los vea por su forma de actuar. Pero, respecto a las primeras impresiones, admite que se ha llevado "muchos disgustos. Soy muy confiado. El ser humano tiene que confiar".