El escrutinio de las elecciones de este domingo ha comenzado pasadas las 20 horas. Además de los votos presenciales depositados en urna, los miembros de las 60.314 mesas electorales de toda España tendrán que contar los 2,4 millones de votos por correo que en estos comicios han alcanzado una cifra récord en democracia. En Navarra, 44.908 personas han votado por esta vía.
Pero, ¿cómo se hace el recuento del voto por correo?
DE LAS OFICINAS POSTALES A LAS MESAS
El traslado de los votos postales a los colegios electorales, su inclusión en las urnas y su posterior recuento es un proceso regulado por ley.
Cuando un ciudadano deposita su voto en Correos, toda la documentación, incluida la papeleta -en sobre cerrado- y el certificado de su inscripción en el censo se custodian por la empresa postal hasta el día de las elecciones.
El traslado de los votos postales a las localidades donde están empadronados los electores es un reto logístico, especialmente durante los últimos días antes de los comicios para que todos los sufragios lleguen a tiempo a su lugar de destino.
LLEGADA A LOS COLEGIOS ELECTORALES
El traslado de los votos postales a los 22.562 locales electorales también es responsabilidad de Correos, que ha establecido un despliegue logístico especial de más de 14.000 mil profesionales para llevar los sobres y papeletas a los colegios.
Justo cuando se abren los colegios, a las 9 de la mañana, un primer grupo de empleados ha entregado los votos por correo de los electores que pertenecen a cada una de las mesas.
Un segundo grupo de empleados ha dado traslado a lo largo de la jornada y hasta que han cerrado los colegios los votos que han ido llegando a sus oficinas a lo largo del día, que normalmente pertenecerán a aquellos electores que esperaron a última hora para entregarlos en Correos.
Para evitar que un ciudadano pueda votar dos veces, en las listas del censo aparece una letra "C" al lado de los electores que han solicitado ejercer su derecho al sufragio vía postal, para que no se les permita votar personalmente.
ENTRAN EN LAS URNAS
Es ahora, una vez cerrado los colegios, cuando los presidentes y vocales de las mesas introducen en las urnas los votos postales, después de comprobar que los electores están inscritos en el censo. En ningún caso se abren los sobres que contienen las papeletas.
Si la correspondencia dirigida a la mesa le falta documentación o no contiene el certificado de inscripción, ese voto no se considera válido y es destruido.
Una vez que los votos por correo válidos se han introducido en las urnas y se ha anotado a los votantes en las listas censales, comienza el escrutinio.
LOS CARTEROS SIGUEN TRABAJANDO
El trabajo de los carteros no finaliza con el traslado de los votos a los colegios electorales.
Cuando termina el escrutinio de cada una de las mesas, los resultados y la documentación electoral se distribuyen en tres sobres.
Los dos primeros los traslada el presidente de la mesa, custodiado por un agente policial, al juzgado de primera instancia o de paz más próximo y un tercero se entrega a un empleado de Correos para que la empresa postal lo envíe a la Junta Electoral para que realice el escrutinio oficial pasados unos días.