El fiscal ha elevado a 22 años la pena solicitada al encausado por asesinar a su hermano en Tafalla, con la agravante de parentesco y atenuante de confesión, mientras la defensa ha renunciado a las circunstancias eximentes de trastorno mental y miedo insuperable que alegó al comienzo del juicio.
César G. Z. acusado de matar a su hermano, Marcos, asestándole 14 puñaladas, en el domicilio que ambos compartían en Tafalla, la madrugada del 21 de junio de 2022, se ha negado a dirigir unas últimas palabras al jurado.
Última sesión del juicio con jurado popular.
El fiscal Miguel Ros ha calificado los hechos como asesinato, al incurrir circunstancia de alevosía: "Si algún estudiante de primero de derecho quiere saber qué es la alevosía súbita o inopinada, este es un caso paradigmático".
Última sesión del juicio con jurado popular. Según ha relatado, "cogió un cuchillo, se dirigió directamente a donde estaba su hermano y le asestó 14 puñaladas en menos de medio minuto".
"El ataque fue tan repentino y súbito que no pudo, siquiera, adoptar una posición de autoayuda como taparse la herida o pedir auxilio. Murió en un minuto", ha detallado Ros.
El trastorno disocial de la personalidad del que está diagnosticado "no le impide ver qué está bien o mal y actuar en consecuencia. Sabía qué hacía y quería hacerlo", ha establecido Ros, que ha destacado el "tsunami de pruebas que ha traído la acusación".
"La defensa no ha traído ni una sola prueba que hable a favor de aminorar la responsabilidad de César", ha dicho, y ha traído a colación la declaración del encausado en la primera sesión de la vista oral.
"Dijo directamente que mató a su hermano porque lo despertó, hacía mucho calor y no duerme bien. El juicio podía haber terminado ahí", según Ros.
Además, "parece que se está juzgando si Marcos merecía morir o no". "No estamos para decidir si la vida de César ha sido dura o si Marcos era buena persona, sino para decidir si César mató a su hermano de forma sorpresiva o no", ha enfatizado.
Por su parte, el abogado de la defensa, José María García Elorz, ha descartado que la muerte de Marcos se produjese de forma sorpresiva, ya que "vio a César acercarse a él de frente", y ha calificado los hechos como homicidio.
Además, a diferencia de lo expuesto por el fiscal, ha recordado que "los ataques no solo se evitan cubriéndose, sino también con giros o movimientos como se hace en artes marciales, algo que Marcos practicaba".
El letrado ha expuesto la "tremenda y horrorosa situación que vivió esa familia". "El trágico final de la muerte de Marcos es la última secuela de esa situación que ha vivido la familia, sometida a un infierno desde que los hijos eran muy pequeños", ha apuntado.
García Elorz ha afirmado que su cliente "era un enfermo mental y un drogadicto", algo que "merece ser tenido en cuenta, porque las cosas no pasan porque sí".
"Es una víctima del maltrato habitual de su padre y su hermano, que lo golpeaba y lo sometía a todo tipo de humillaciones, tanto en público como en privado", ha relatado.
Asimismo, "se llevaban tan mal que la madre no se atrevía a vivir con ellos. No era una relación conflictiva, sino una relación explosiva, un odio profundo, un rencor mutuo alargado en el tiempo".
El abogado ha calificado los hechos como una "funesta combinación de una vida trágica que terminó desgraciadamente con esa muerte, pero que podía haber acabado igualmente con la muerte de César. Era la crónica de una muerte anunciada".
Además, "el hecho de presentarse en comisaría a confesar facilita la investigación". "Fue esencial, porque si se da a la fuga y deja a su hermano ahí, se habría acabado sabiendo la verdad, pero dejar el cadáver descomponiéndose hubiese sido una vejación más a la víctima", ha afirmado.
Según García Elorz, "los hermanos recelaban mutuamente, tenían un pestillo en la habitación, Marcos había amenazado a Cesar y era perfectamente capaz de cumplir su amenaza". "Por sus antecedentes, la amenaza era muy creíble", ha recalcado.
El abogado ha denunciado las "trampas" del ministerio fiscal y ha considerado que "César no es un asesino y no merece la exagerada pena que pide la fiscalía".