La Asociación de Empresarios de Hostelería de Navarra comienza, a falta de recabar los últimos datos, a hacer balance de lo que ha dado de sí una Semana Santa en la que la gran protagonista ha sido la lluvia.
A priori, el bagaje ha sido positivo, ya que muchos turistas han vuelto a elegir la Comunidad foral y en especial Pamplona como destino, fundamentalmente con un turismo de cercanía en busca de comodidad, gastronomía y calma.
En ese sentido, los datos de ocupación han rondado el 80% en hoteles, mientras que han llegado al 90% en opciones como los bungalows de espacios de camping, donde sí se ha notado el clima en las opciones al aire libre. En cualquier caso, buenos datos para la Semana Santa.
Archivo - Foto: NATVEse buen balance, sin embargo, tiene una lectura muy distinta en la restauración, donde la sensación es mucho más variada. Así como en restaurantes y gastronomía los números y el consumo ha sido positivo; los bares, especialmente en zonas en las que los enclaves dependen más de su servicio de terraza, han sufrido mucho los achaques de la lluvia.
Asimismo, el mal tiempo de la pasada Semana Santa ha afectado al sector del turismo rural, ha asegurado la presidenta de la Federación Navarra de Turismo Rural, María Ángeles Ezker, quien ha destacado que, si bien todavía no hay datos, "la impresión es que ha habido menos ocupación de la prevista".
"Normalmente Semana Santa es una semana de mucho trabajo y este año, por el tiempo, no ha sido así, no ha acompañado nada y se ha notado en la ocupación de alojamientos", ha señalado.
En Semana Santa, ha declarado, ha habido muchas anulaciones de reservas y algún alojamiento se ha quedado vacío, mientras que otros "ha costado llenarlos", al contrario de lo que ha ocurrido en años con mejores previsiones meteorológicas.