Dentro de la amplísima riqueza agroalimentaria que ofrece Castilla-La Mancha, el aceite de oliva virgen extra es uno de los productos más apreciados. No en vano, esta comunidad es la segunda productora nacional -solo por detrás de Andalucía, indiscutible líder mundial- y cuenta con cuatro denominaciones de origen protegidas (DOP). Una de ellas es la de Campo de Calatrava, que ocupa el centro de la provincia de Ciudad Real, formando una unidad morfológica e histórica homogénea. Su ámbito geográfico abarca 16 municipios en los que se distribuye un total de 22.073 hectáreas de olivos de las variedades cornicabra y picual, que aportan en esta tierra toda su riqueza nutricional y organoléptica.
Los aceites que se extraen de ellos -que han de ser virgen extra en todos los casos para poder lucir el sello de la DOP- gozan, además, del amparo de la marca Campo y Alma. Este marchamo está creado por el Gobierno regional para dar a conocer en encomiable trabajo de los agricultores, ganaderos y transformadores castellano-manchegos mediante la promoción, tanto dentro como fuera de nuestra comunidad autónoma, de los productos que cuentan con una DOP o una IGP (Indicación Geográfica Protegida).
La identidad histórica de la comarca del Campo de Calatrava está relacionada con la antigua Orden de Calatrava, que se fundó en el año 1158 sobre una base religiosa y militar para proteger la villa de la que toman prestado su nombre tanto la zona como esta Denominación de Origen (hay otra, recientemente concedida, que ampara a los vinos de estos terrenos). El paisaje está conformado por una serie de materiales de origen volcánico surgidos hace unos ocho o nueve millones de años que generaron importantes estructuras geomorfológicas, siendo las más importantes de este tipo en la Península Ibérica, con más de 240 edificios volcánicos identificados en este territorio. Así, los suelos del Campo de Calatrava obedecen a una mineralogía y geoquímica específica en la que la naturaleza del material volcánico de partida juega un papel muy importante debido a la presencia de especies minerales específicas de esta región, como los olivinos, y a las altas concentraciones de elementos químicos como el manganeso. Esta composición del terreno tiene una gran influencia en el olivo y, por extensión, en los aceites que se extraen de sus aceitunas.
Un aceite volcánicoAparte de los materiales volcánicos, el suelo calizo de profundidad media, las escasas precipitaciones, los veranos calurosos con alta insolación, los inviernos con largos periodos de heladas y los suelos agronómicamente tempranos conforman un ecosistema que raya en la aridez y que, con el paso de los siglos, ha mantenido mediante selección natural las variedades cornicabra y picual, que están perfectamente adaptadas al medio, asegurando un producto final con propiedades definidas y diferenciadas del resto de las comarcas olivareras. Estas condiciones edafoclimáticas generan, además, una mayor concentración de ácido oleico, cuyos valores mínimos son del 70%, lo cual posibilita que los aceites obtenidos tengan una mayor estabilidad oxidativa (duran más tiempo en perfectas condiciones).
Para conseguir estos AOVEs, la DOP tiene unas estrictas normas que aseguran al consumidor una altísima calidad en el producto final. Entre ellas cabe destacar que solo se puede hacer aceite con aceituna de vuelo, y no de suelo; es decir, no se permite utilizar los frutos que han caído del árbol, debiendo separarse de los que se recolectan directamente de las ramas en el momento de la cosecha. Esta exigencia asegura el buen estado de las olivas, como también lo hace el sistema de transporte a la almazara, la separación de los frutos que presentan lesiones o enfermedades y la obligación de procesarlos en un plazo inferior a 24 horas, evitando así almacenamientos prolongados que mermarían su calidad.
Además, la temperatura de batido no puede superar los 30 grados centígrados en ningún caso y las almazaras deberán realizar la calificación de los aceites producidos sobre la base de las características físico-químicas y sensoriales descritas por la DOP. Una vez obtenidos, el almacenamiento de los aceites merecedores del sello de la denominación (y, como consecuencia, también del de Campo y Alma) deberá realizarse en interior y su temperatura no puede superar los 25 grados para preservar sus excelentes cualidades nutricionales y organolépticas.
Un aceite volcánicoEn boca.
Fruto de todo ese trabajo y esas exigencias, los AOVEs del Campo de Calatrava expresan la aportación de cada una de las variedades amparadas, obteniéndose perfiles sensoriales con frutados complejos e intensos. Además, su calidad nutricional responde a un elevado contenido en polifenoles, que no son otra cosa que antioxidantes naturales que se expresan en boca con elegantes y equilibradas percepciones de amargo y picante en un rango de intensidades entre ligero y medio.
Por otra parte, el manejo de los olivares, con recolecciones seleccionadas y realizadas en los momentos óptimos de maduración de los frutos, genera una marcada presencia de frutados verdes de aceituna y notas de manzana que se acompañan de otras frutas frescas, ofreciendo al consumidor una rica experiencia sensorial. Para asegurar todo esto, el envasado y etiquetado de los aceites amparados por la Denominación de Origen Protegida Campo de Calatrava deberá ser realizado exclusivamente en las plantas envasadoras certificadas, perdiendo el aceite en otro caso el derecho al uso de la DOP.
El centro interpretativo.
El Centro Interpretativo de la Denominación de Origen Aceite Campo de Calatrava (CIDOACC) ofrece al visitante un entorno didáctico, interactivo y promocional que gira en torno a los Aceites de Oliva Virgen Extra que se producen en esta denominación. Se trata de un espacio divulgativo que se integra en marco de los recursos turísticos de Calatrava Parque Cultural destacando una de las señas de identidad más importantes de la comarca, como es el olivar y los Aceites de Oliva Virgen Extra certificados que se obtienen de él.
El CIDOACC ofrece a los visitantes una experiencia en torno a la rica cultura creada a lo largo del tiempo y vinculada al olivo y al zumo de sus aceitunas. Un viaje desde el origen del cultivo hace varios milenios hasta llegar nuestros días, un viaje que explica mucho acerca de la comarca y la Denominación de Origen Protegida Aceite Campo de Calatrava. La visita al Centro se ha diseñado utilizando diferentes medios explicativos con el objetivo de ofrecer una experiencia enriquecedora y amena a todos aquellos que se acerquen para compartir con los habitantes de esta tierra un trocito de su cultura, de su historia y de su gastronomía. El recorrido por el CIDOACC incluye información, juegos, aromas y, por supuesto, degustaciones que dejarán en la memoria del visitante un excelente recuerdo sensorial.
Los mejores productos a solo un clic.
Además de apoyar a los agricultores y ganaderos y colaborar en la promoción de los productos agroalimentarios castellano-manchegos con IGP y DOP, Campo y Alma cuenta con una plataforma de compras en internet. Se trata de market.campoyalma.com, a través de la cual los consumidores tienen la oportunidad de adquirir, directamente al productor, sin intermediarios y con solo un clic, un enorme abanico de alimentos: aceites, vinos, quesos, verduras y hortalizas, carnes, azafrán, miel, conservas, alimento ecológicos... En la plataforma se pueden encontrar tanto productos amparados por DOP o IGP como otros que no cuentan con esas figuras pero son también de altísima calidad y están cultivados, criados o elaborados en Castilla-La Mancha. Además, consumiendo alimentos procedentes de nuestra región se colabora en la lucha contra la despoblación y el cambio climático gracias a la manera en la que son producidos, siempre con respeto por el medio ambiente y en zonas desfavorecidas.