El Parlamento israelí aprobó este martes de madrugada la tramitación de un polémico plan de exención militar y reclutamiento de los judíos ultraortodoxos, después de que el Tribunal Supremo del país ordenara al Gobierno a dar pasos para impulsar su participación en el servicio militar obligatorio.
La votación tuvo lugar siguiendo líneas partidistas (63 votos a favor frente a 57 en contra), y solo se desmarcó de sus compañeros el ministro de Defensa, y parlamentario del Likud, Yoav Gallant.
El ministro ya había avisado de que se opondría a un plan de reclutamiento que apenas contempla un ligero aumento de los reclutas ultraortodoxos, en un momento en que el Ejército israelí está críticamente necesitado de soldados por la guerra en Gaza y la tensión en la frontera con el Líbano.
El proyecto, presentado en una legislatura anterior y aprobado en primera lectura (las leyes israelíes necesitan tres lecturas para ser ratificadas) fue sometido a un voto procedimental que simplemente permite su envío a un comité, donde se espera que sea sometido a profundos cambios.
El borrador plantea reducir la edad a la que los estudiantes de escuelas talmúdicas (yeshivá) pueden evitar el servicio militar obligatorio de los 26 a los 21 años, primero, y tras dos años subirla hasta los 23 años de forma permanente.
Esta reducción permitiría a muchos judíos ultraortodoxos sumarse al mercado laboral y contribuir a la economía, al tiempo que establecería una serie de requisitos de reclutamiento para las escuelas religiosas y penalizaciones a las subvenciones que reciben si no los cumplen.
El plan fue presentado por el entonces ministro de Defensa durante el Gobierno de Yair Lapid y Naftali Bennet de 2021, Benny Gantz, y estaba pensado como un primer paso en la elaboración de un plan de reclutamiento que tuviera en cuenta a los ultraortodoxos y a los árabes israelíes, quienes hasta el momento han estado exentos del servicio militar obligatorio.
Gantz, líder del partido Unidad Nacional, y que el domingo anunció su salida del Gobierno de emergencia formado por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, tras el comienzo de la guerra, también se opuso a la tramitación del plan.
Quienes sí votaron a favor fueron los dos partidos ultraortodoxos, Shas y Judaísmo Unido de la Torá, quienes inicialmente se opusieron a la medida durante el Gobierno de Lapid y Bennet por poner en peligro su "estilo de vida".