El gol que inició un ciclo lleno de éxitos

J. Caballero (SPC)
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El delantero fue decisivo en la final de 2008 contra Alemania. - Foto: EFE/Alberto Estévez

El 29 de junio de 2008, España consiguió en el estadio Ernst Happel de Viena la segunda Eurocopa de su historia. Aquella conquista continental, que llegaría 44 años después de la primera, no podría entenderse sin la figura de Fernando Torres.

El destacado delantero fue el autor del único tanto en aquel decisivo partido contra Alemania, por aquel entonces una selección que, en tiempos anteriores, llegó a ser considerada como casi invencible para La Roja.

El madrileño fue capaz de ganar la batalla por el esférico a Philipp Lahm, tras un pase previo de Xavi Hernández, y definir con delicadeza al palo largo de la portería defendida por Jens Lehmann. 'El Niño', por aquel entonces, ya era uno de los futbolistas más destacados del mundo en su posición.

Se encargaría de demostrarlo en aquel torneo. Puede que sus registros goleadores no fueran de lo más destacado (anotó dos goles), pero su entrega y su trabajo en el área rival resultó determinante para que la escuadra de Luis Aragonés pudiese levantar el título. Pudo dar fe de ello David Villa, su compañero en el frente de ataque. Ambos formaron una dupla letal en el frente de ataque que ayudó al combinado nacional a elevar sus prestaciones en aquella cita y en las que estarían por venir años después.

Torres disputó un total de 110 partidos con la selección española en los que anotó un total de 38 tantos, lo que le convierten en el tercer máximo goleador de La Roja solo por detrás de Raúl González (44) y del asturiano (58).

Después de aquel torneo en Austria y Suiza, España volvería a revalidar el título en 2012. Y, de nuevo, el ex de Atlético de Madrid y Liverpool, entre otros, no falló en la final disputada el 1 de julio contra Italia, anotando la tercera de las cuatro dianas que encajó el conjunto transalpino en una de las mayores exhibiciones de España que se recuerdan.

Salió desde el banquillo y, además de aquel tanto, tuvo tiempo incluso de asistir a Juan Mata en los minutos finales del encuentro. Un impacto total para un jugador que abrió el camino de una etapa de éxitos y que, en la Eurocopa, dejó una huella imborrable.