Just Fontaine es conocido por los 13 goles que marcó en el Mundial de Suecia 1958, un récord después nunca superado. Pero también tiene otro honor no muy conocido: el 13 de diciembre de 1959 firmó el primer triplete de la historia de la Eurocopa e inscribió su nombre en el libro de oro de la competición.
Fontaine, junto a Raymond Kopa, Michel Platini, Zinedine Zidane, Kylian Mbappe y Antoine Griezmann, está dentro, por derecho propio, de la lista de los mejores jugadores de la historia del fútbol galo. Su carrera, truncada por las lesiones, no fue muy larga. Se retiró con 29 años en 1962, pero dejó su sello con actuaciones memorables.
Alcanzó su cenit en la Copa del Mundo de Suecia 1958, en la que 'Les Bleus' quedaron terceros, gracias a los goles de Fontaine y a la clase de Kopa. Un año después, aún en plena forma y en su mejor momento, el que fuera jugador del Niza y del Stade de Reims, volvió a sorprender con otra actuación memorable.
Los 43.775 espectadores que acudieron al Stade Olympique Yves-du-Manoir en la ciudad de Colombes para ver un Francia-Austria, disfrutaron del primer triplete de la historia de la competición. Lo sufrió el combinado centroeuropeo en cuartos, cuando el formato de la competición aún no tenía una fase final como la actual, con fase de grupos incluida.
Los galos golearon 5-2 en el choque de ida y Fontaine marcó en los minutos seis, 18 y 82. En los tres tantos, dejó ver sus cualidades: velocidad, movilidad, oportunismo y capacidad para definir con ambas piernas y con la cabeza.
El atacante volvió a anotar en el duelo de vuelta disputado en el Prater de Viena, donde su selección ganó de nuevo (2-4). Sin embargo, ni él ni Kopa, por lesión, participaron en las semifinales que sus compañeros perdieron ante Yugoslavia 4-5, en el partido con más goles de la historia de una Eurocopa que acabaría ganando la Unión Soviética.