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Tras unos días en vilo pendientes de la evolución del río Ebro, Buñuel vuelve a la normalidad. Esta vez, los diques de contención han resistido y el agua no ha llegado al casco urbano. Sin embargo, decenas de hectáreas de cultivos se han visto afectados. Las tierras colindantes al río han quedado totalmente anegadas.
LOS CULTIVOS, LOS PRINCIPALES AFECTADOS
Imágenes de dron del Ebro - Foto: NATVLos agricultores evalúan los daños aunque aseguran que "en esta ocasión la riada no tiene nada que ver con los episodios vividos en diciembre de 2021", ya que las previsiones marcaban que el caudal del río podría marcar hasta 3.000 metros cúbicos por segundo pero finalmente no ha sobrepasado los 2.100 metros cúbicos por segundo. Por tanto, reconocen que sus campos se encuentran como si hubieran "tenido una regadura alta". Aún así, los cultivos más damnificados han sido el cereal, el brócoli y la coliflor.
EL CASCO URBANO RESISTE AL EMPUJE DEL AGUA
En el otro lado de la balanza, está el vecindario cuyas casas están muy cercanas al cauce. Pese a prepararse para lo peor, admiten que "hemos tenido suerte y no ha entrado agua a los garajes". Después de días realizando una mudanza express de todos los objetos que tenían guardados en las zonas más bajas de sus viviendas, estos lugares están impolutos. Esta noche para ellos, afirman "ha sido muy dura" y "no hemos podido dormir casi". Ahora, en una calma tensa, vuelven a la normalidad a la espera de conocer las consecuencias que pueda traer el deshielo característico de la primavera.
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