Las desigualdades sociales continúan incrementándose en España y las crisis sanitaria y económica de los últimos años han ampliado la brecha aún más. El incremento de los precios, la más difícil accesibilidad al mercado de la vivienda, la congelación de los salarios, el desempleo, solo sirve para castigar cada vez más a los hogares, y como consecuencia, son más personas las que se ven empujadas a la calle y únicamente encuentran solución en los albergues.
Ejemplo de ello es que los centros de alojamiento para personas sin techo acogieron diariamente durante 2022 a una media de 21.684 personas mayores de 18 años, un 22 por ciento más que en 2020, y se ofrecieron de media 51.379 servicios de desayuno, comida y cena, un 10,5 por ciento más que en el año del estudio, según la encuesta de centros y servicios de atención a las personas sin hogar publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Del total de personas que acudieron a estos centros, 14.579 eran hombres y 7.105, mujeres. Además, el 20 por ciento atendió exclusivamente a personas inmigrantes, el 7,2 por ciento a mujeres víctimas de violencia de género y el 72,8 por ciento restante no estaba especializado o atendía otra causa.
Existen 1.175 centros de atención a personas sin hogar, 914 ofrecieron servicios de alojamiento, 494 servicios de restauración, 400 servicios ocupacionales o educativos y 127 realizaron intervenciones en calle.
Fueron 914 los centros que ofrecieron servicios de alojamiento, 494 servicios de restauración, 400 servicios ocupacionales y/o educativos y 127 realizaron intervenciones en la calle. Sin embargo, la mayoría de centros estén en manos privadas. El número medio diario de plazas ocupadas por mayores de 18 años fue de 21.684, lo que supuso una ocupación media del 81,2 por ciento y el 32,8 por ciento estuvieron ocupadas por mujeres.
Según destaca el INE, el levantamiento de las restricciones de aforo impuestas por la COVID-19 y la afluencia de personas desplazadas por los conflictos internacionales provocaron el aumento del número de plazas disponibles, especialmente en el período invernal.
En pisos o apartamentos se alojaron una media de 7.921 personas y en centros colectivos, 13.763.
Al límite
El salario más frecuente en el país es de 18.502,54 euros anuales en 2021, lo que viene a ser 1.321,61 euros brutos al mes para medio millón de empleados. Y el segundo salario más cobrado, casi con la misma cantidad de trabajadores, es de 16.487,22 euros anuales, lo que implica un sueldo mensual de unos 1.177 euros.
Mientras, el precio del alquiler se dispara y roza los 1.000 euros al mes en las principales ciudades españolas, donde se registran más personas en situación de vulnerabilidad y obligados a vivir en la calle.
Otro de los grandes problemas que se presenta en estos centros es la precariedad de los trabajadores que desempeñan en ellos su actividad laboral.
A parte de los voluntarios, un 49,5 por ciento son asalariados y el 5,9 por ciento tiene otro tipo de vinculación (estudiantes en prácticas, religiosos).
Más allá de que casi la mitad de la plantilla esté formada por voluntarios, el dato que más evidencia esta situación es que, del total de trabajadores, el 43 por ciento tenía en 2022 una relación contractual a tiempo completo y un 57 por ciento a tiempo parcial.