Diversidad, cultura e inclusividad, esas son las palabras que han marcado el Día Internacional de las personas sordas en Navarra. Un ejemplo de unidad asociativa cuya cúspide ha sido el concierto de la mano de Iruña Jazz Brass Band y ASORNA, en el que las personas sordas han podido tocar instrumentos de percusión gracias a chalecos que al captar sonido vibraban marcando el ritmo. Una muestra de sus capacidades para reivindicar sus derechos, ya que el coronavirus, dicen, ha supuesto más barreras para ellos: Las mascarillas, que la atención sea muchas veces únicamente telefónica o el no poder llevar a un intérprete que los acompañe por el control de aforos han sido algunas de las problemáticas generadas por la pandemia.