Osasuna sumó los tres puntos en su visita al José Zorrilla donde los navarros ganaron por 2-3 al Real Valladolid, colista de la Primera División y que ya cuenta las jornadas para consumar el descenso matemático a la división de plata. No por ello fue un partido fácil, sino que Osasuna supo hacer las cosas bien durante los primeros 45 minutos. El equipo de Vicente Moreno buscó construir desde atrás, sabiendo que el cuadro local esperaría en campo propio para tratar de sorprender a los espacios. Así, tanto Areso por banda derecha como Bretones y Rubén García por la izquierda eran cuchillos por banda.
Pese al buen inicio de los rojillos, a los cinco minutos tuvo lugar un contratiempo, pues Jon Moncayola tuvo que ser sustituido por Pablo Ibáñez al sentir molestias físicas. Había sido el propio Moncayola el primero en poner en apuros al equipo vallisoletano, con un centro chut al área en el que el balón prácticamente se paseó en boca de gol sin que nadie lograse empujarlo al fondo de la red. Sí lo hizo poco después Ante Budimir, que en el minuto 8 convirtió el 0-1. El croata se aprovechó de una buena acción colectiva que Rubén García puso al área y 'Budigol' cabeceó con acierto al fondo de la red. Un buen gol que aportó seguiridad a los de Pamplona.
Pasaban los minutos y lejos de ayudar a los suyos, la afición local se inquietaba con sus jugadores y comenzaban a recriminarles cualquier error propio o forzado. Un ambiente que beneficiaba a los rojillos, más cuando Rubén García anotó el 0-2 en el minuto 33, al rematar en el segundo palo una asistencia de Areso. Dicho gol llegó en una buena jugada de ataque posicional, lo cual evidenciaba el control de Osasuna. Con esa cómoda ventaja se llegaría al descanso, aunque en los minutos finales de la primera mitad se empezó a ver a un equipo pamplonés que especulaba con el balón, algo que sería más evidente en la segunda parte.
De esa manera, tras el paso por vestuarios, fue el Valladolid quien saltó con más decisión al verde del José Zorrilla y por eso pronto llegó el 1-2. Con solo tres minutos de juego transcurrido, una indecisión en campo rival propició una transición local que Raúl Moro se encargó de finalizar por el perfil izquierdo. Tras ese gol los locales iban a creer más en sus posibilidades y Osasuna trataría de madurar el encuentro, hasta que en una acción a balón parado, Catena fue objeto de falta dentro del área local y el colegiado decretó penalti a favor de los rojillos. La pena máxima la aprovechó Budimir para establecer el 1-3 en el minuto 59.
Con una ventaja mayor en el marcador Vicente Moreno optó por el fútbol control, cogiendo el balón para anular cualquier tipo de reacción local. Sin embargo, Osasuna no alcanzaba a finalizar jugada y cualquier pérdida de balón suponía una peligrosa contra del Valladolid. Y precisamente, en una de esas acciones del equipo de Puzela, esta vez Jorge Herrnando cometió penalti y Sylla fue el autor del 2-3 para volver a apretar el marcador con todavía media hora de partido por delante. En ese tiempo la especulación de los navarros fue evidente, haciendo recordar experiencias vividas en jornadas atrás, aunque en este caso la evidente falta de peligro propia del colista acabó siendo determinante para que Osasuna no perdiese lo logrado. Los cambios de Vicente Moreno volvieron a ser los previsibles y el cuadro navarro, esta vez sí, supo mantener la ventaja hasta el final.
Tres puntos que dan a Osasuna dos triunfos consecutivos tras el obtenido con el Girona y que le permiten colocarse a tres puntos del séptimo clasificado en la batalla por puestos europeos.