Osasuna afronta el trascendental choque del jueves en Brujas con gran optimismo tras la victoria de ayer en Valencia en el tiempo añadido con la que el equipo ve con diferentes ojos su duelo europeo.

Tan solo restan tres días para que los rojillos remonten y certifiquen su pase la fase de grupos de Liga Conferencia, o por el contrario se olviden de su periplo europeo después de meses de ilusión y trabajo por preparar la doble cita.

El 1-2 de la ida condicionará a Jagoba Arrasate a la hora de hacer un plan de partido ofensivo en busca del gol que les dé la igualada. La paciencia será clave para no salir a quemarropa ante un Brujas que ya tomó la medida a los pamploneses.

En la sesión de este lunes, el equipo se ha distribuido en dos grupos de trabajo en función de los minutos disputados ayer. Por un lado, aquellos futbolistas que actuaron como titulares realizaron un trabajo de recuperación, mientras que el resto se ejercitaron a través de una activación, técnica, rondos, posesiones y fútbol.

No han podido participar en el entrenamiento Jose Arnaiz y Unai García, que no pudieron acompañar a la expedición en su regreso desde Valencia a causa de un control antidoping y que han tenido que pernoctar allí. Por su parte, Darko ha proseguido con su trabajo individual.

Jagoba Arrasate dirigirá una nueva sesión de trabajo mañana a las 10:00 horas en Tajonar, la cual se desarrollará a puerta abierta. En la mañana del miércoles, el equipo se desplazará hasta Brujas y será a la tarde en el estadio Jan Breydel donde tenga lugar el último entrenamiento antes del partido ante el conjunto belga.