La lluvia, humedad y tiempo desapacible acompañan en Navarra en esta festividad de Todos los Santos a la tradición de visitar a familiares y allegados ya fallecidos en los cementerios, hoy repletos en toda Navarra de personas que han acudido provistas de flores y otros elementos.
En Pamplona a esta tradición común se suma la protagonizada por la corporación municipal, que encabezada por la alcaldesa, Cristina Ibarrola, ha participado en el homenaje al músico Pablo Sarasate, hijo predilecto de la ciudad.
El mal tiempo no evita multitud de visitas a los cementerios
Ante su mausoleo ediles de todos los grupos con representación municipal han asistido al minuto de silencio y el rezo de un responso, que también se dedica a todas las personas enterradas en el camposanto.
Después, Ibarrola ha colocado en el mausoleo del reconocido violinista una corona de flores blancas con una cinta verde y la leyenda "El Excmo. Ayto. de Pamplona a su hijo predilecto D. Pablo Sarasate y Navascués-Iruñeko Udal Txit Gorenak bere seme kutunari, Pablo Sarasate y Navascues jaunari".
Además, en este 600 aniversario el Ayuntamiento de Pamplona ha entregado la medalla conmemorativa de este aniversario a la familia del compositor, un obsequio que ha recogido su biznieto Miguel Rodriguez Trias.
Tras el acto de homenaje, se ha celebrado una misa en la parroquia de San Nicolás organizada por la Sociedad de Conciertos Santa Cecilia.
Los actos, con diferentes protagonistas y particularidades, se han replicado en cementerios de toda la Comunidad foral, donde la nota común es la de cumplir con la tradición de visitar, con flores y algunas velas, a los fallecidos, en una jornada en la que los camposantos bullen de actividad.