El tenista español Carlos Alcaraz se metió este sábado en los octavos de final del US Open, cuarto 'Grand Slam' de la temporada y que se disputa sobre pista dura en Nueva York (Estados Unidos), tras vencer por 6-2, 6-3, 4-6 y 6-3 al británico Daniel Evans, inquilino del puesto 28 en el ranking de la ATP.
De nuevo sobre la pista del Estadio Arthur Ashe, pero esta vez en el turno del mediodía, Alcaraz logró el triunfo después de tres horas y 13 minutos. Así, el defensor del título en Flushing Meadows se enfrentará en la siguiente ronda al italiano Matteo Arnaldi, verdugo del también británico Cameron Norrie por 6-3, 6-4 y 6-3.
Pero antes de llegar a esa cita, el jugador de El Palmar debía lidiar con un oponente incómodo. No obstante, su previo cara a cara ante Evans favorecía por 2-0 al murciano; la última vez que habían cruzado sus raquetas fue el pasado 22 de abril, en las semifinales del Barcelona Open Banc Sabadell-70º Trofeo Conde de Godó.
Y quizá con eso en mente, el juego inaugural sirvió como advertencia para el de Birmingham. Hasta tres pelotas de 'break' tuvo Alcaraz a su disposición, que no cristalizó ahí, pero sí en el siguiente turno de servicio rival (3-0). Además, de inmediato consolidó su ventaja en blanco (4-0) y ya solo era cuestión de tiempo que amarrase el set.
A las puertas de hacerlo, en el séptimo juego gozó de un 15-40, pero Evans enmendó esa situación e incluso tuvo a su favor tres opciones de rotura en el juego posterior. El murciano lució entonces su habitual destreza para voltear el marcador y cerrar, ahora sí, el primer parcial.
Lo hizo a la tercera oportunidad, como preludio de un inicio difícil de segundo set. Evans se anotó en blanco el 0-1 y rompió a continuación para alejarse 0-2, pero fue un espejismo porque el de El Palmar seguía brillando con sus derechas paralelas y se agarró a eso para remontar. Devolvió el 'break' (1-2), salvó un 30-40 en el cuarto juego y quebró nuevamente en el quinto (3-2), allanándose el camino hacia el 6-3.
Sin embargo, al palmareño le ocurrió algo parecido a lo de su duelo en la ronda anterior contra el sudafricano Lloyd Harris. Errores no forzados en momentos clave, menos versatilidad en ataque y un par de 'desconexiones' se sumaron, todo en conjunto, a una mejoría evidente de su adversario: un único error no forzado cometió el tenista de Birmingham durante la tercera manga.
Sin bolas de quiebre en los seis primeros juegos, Evans no malgastó su 15-40 en el séptimo; y curiosamente en el octavo salvó un 15-40 en contra, demostrando que aún le iba a plantear batalla al español. S enredaron ambos en el décimo juego, donde el inglés tardó en adjudicarse el set con su servicio; a la quinta oportunidad fue la vencida.
Bajó un poco el ritmo del partido en los instantes iniciales de cuarto set, tanteando Alcaraz si su oponente había revivido del todo o si solo era un amago. Ambos ganaron con templanza sus respectivos turnos de saque, pero en el sexto capítulo llegó la estocada definitiva del vigente campeón del US Open.
Con bola de rotura en su casillero, a la carrera y desde el fondo de su pista conectó una derecha paralela que cayó sobre la línea de fondo opuesta, esquivando la subida a la red de un Evans desesperado. Tiró la raqueta contra el suelo, repitiendo así el gesto de rabia que ya había exhibido antes, y constató lo que era una sentencia prematura (4-2).
A partir de ese momento, no concedió Alcaraz margen de maniobra al inglés para que regresase al marcador. En el noveno juego, 6-3 en blanco, a tenor de dos 'aces' y un peloteo a ratos estelar. Pero sobre todo, el palmareño tuvo paciencia para macerar el triunfo y continuar al menos una ronda más en el siempre atractivo 'grande' neoyorquino.