Han pasado 10 años desde que Sara Pérez Pizarro perdió a su padre y, no solo eso, también ha tenido que hacer frente a la dureza del suicidio de dos amigos. "Recuerdo ese momento como si en mi vida hubiera estallado una bomba nuclear", cuenta a Navarra Televisión. Asegura que es un "shock con el que vives muchos años e incluso toda la vida". "Primero hay que asumir que esto es real y esto cuesta mucho, aceptarlo dura toda la vida", dice. "Sentía que había matado a mi padre, ese es el nivel de culpa".
Después del desgarrador momento en el que te enteras de la noticia, empieza el proceso del duelo. Un camino en el que, por la cabeza de quienes pierden a un ser querido, aparecen muchas emociones y sentimientos. Sara, además de ser superviviente, es psicóloga de la asociación Besarkada-Abrazo, de personas afectadas por el suicidio de un ser querido y conoce de primera mano estas realidades: "Cada vez hay más dificultades a la hora de socializar con las redes sociales".
Son muchas las personas como Sara que tienen que aprender a vivir de nuevo cuando se enfrentan al suicidio de un ser querido, a su testimonio, se unirán otras voces este sábado en una jornada que han organizado con motivo del Día Internacional de las Personas Supervivientes al Suicidio de un ser querido