La Real Sociedad se impuso este miércoles al Valencia con un gol de Carlos Fernández en la primera parte tras un partido en el que el equipo donostiarra desgastó a un conjunto local voluntarioso que jugó con un jugador menos todo el segundo tiempo y no pudo combatir la calidad de su rival.
La Real Sociedad no ganaba en Mestalla desde la campaña 2016/17 y quería mandar. Con seguridad, el equipo de Imanol Alguacil mantenía el balón en un inicio que quiso que fuera pausado para evitar el ímpetu valencianista, que trataba de imponerse sin éxito con Javi Guerra como líder del centro del campo y con Amallah más adelantado.
Los realistas, que con su posesión atraían y movían de lado a lado a los de Baraja, tuvieron pronto el primer acercamiento peligroso con una subida por la banda izquierda de Cho, que se deshizo como quiso de Thierry y puso un centro raso hacia Carlos Fernández que el jugador no llegó a rematar por centímetros y atrapó Mamardashvili.
Pero el Valencia, todo lo contrario que su oponente, aprovechaba la posesión para ser directo y agresivo. A los diez minutos, Javi Guerra lo intentó con un tiro con rosca en la frontal que se marchó por poco en lo que supuso un aviso para la Real, que comenzó a sufrir con la presión y recuperación de los valencianistas.
Remiro salvó con una espléndida mano un testarazo de Amallah a un buen centro de Thierry en los mejores minutos del equipo blanquinegro, que se sentía suelto y con chispa en ataque. Pero la Real volvió a dormir el partido. Los donostiarras amasaban el balón y esperaban la mejor ocasión para salir sin prisa hasta que consiguieron desactivar al Valencia.
Tierney fue pillo en un saque de falta para filtrar el balón a Carlos Fernández, que se desmarcó con rapidez y superó a la media vuelta a Diakhaby y a Mamardashvili para avanzar a su equipo. El Valencia trató de recuperarse del duro golpe, pero, en el intento de buscar el empate con insistencia, Amallah fue expulsado por doble amarilla al sacar el brazo ante Oyarzabal.
El tiempo añadido fue tenso en un feudo valencianista que pidió algo más que una amarilla para Traoré tras un codazo a Diego López y la primera parte se cerró con un libre directo de Pepelu que salió rozando la escuadra.
Tras el descanso, el Valencia se cayó físicamente. La presión alta ejercida durante el primer tiempo, la inferioridad numérica y una corta plantilla que obligó a forzar titularidades fueron un combo mortal para los locales, que, mientras estaban cansados, veían toda la artillería que todavía tenía la Real en su banquillo.
Gayà abandonó con molestias el campo y la Real Sociedad se reforzó con hombres como Zubimendi, Zubeldia o Brais Méndez en un partido que perdió ritmo y se endureció. El equipo donostiarra estaba tranquilo, mientras que los valencianos, desdibujados, desesperaban y se precipitaban en sus jugadas conforme avanzaba el contador.
Baraja se encomendó al delantero Yaremchuk, que salió en los últimos quince minutos y cabeceó alto una falta de Pepelu, pero, pese al esfuerzo y algunas llegas al área visitante, el Valencia no pudo enfrentar a una Real Sociedad que, como dijo el técnico blanquinegro en la previa, es un espejo en el que mirarse por su gestión y funcionamiento.