Marta intentó ser madre desde muy joven. Pero no lo conseguía. Ahí comenzó su periplo por especialistas públicos y privados, que no supieron darle respuesta. En todo ese tiempo, el tratamiento hormonal que tuvo que recibir fue fortísimo. Y el coste económico muy elevado. Por eso, no todas las personas pueden acceder a los tratamientos de reproducción asistida. Y no todas las parejas aguantan la presión que supone. La seguridad social solo permite un tratamiento de reproducción asistida por persona y el límite está en los 40 años. Un límite de edad que hoy día no va a acompasado con el momento real en el que muchas mujeres intentan ser madres.
Tras 9 años de tratamientos, Marta, acudió a una doctora de Valencia, que averiguó que no se podía quedar embaraza porque padece adenomiosis. Tras varias operaciones, Marta consiguió ser madre. A los tres años, volvió a quedarse embarazada.
Ahora, cuenta su historia para ayudar a otras mujeres que estén pasando por lo mismo. Y para acabar con el tabú de una realidad que afecta a muchísimas personas.