La importancia de denunciar los daños por fauna silvestre

SPC
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Tanto el conejo como las especies de caza mayor -ciervo, corzo, jabalí- provocan abundantes siniestros en los cultivos y ARAG-ASAJA anima a los agricultores a informar

La importancia de denunciar los daños por fauna silvestre

ARAG-ASAJA quiere recordar a los agricultores riojanos la importancia de notificar los daños causados por la fauna salvaje en sus explotaciones. La organización agraria destaca que ya ha sido informada por parte de varios agricultores, especialmente en el caso de los viticultores, de los daños que ya están produciendo los conejos en los cultivos durante estos últimos días.

Se trata de un momento crítico para las cepas, ya que los brotes nuevos están ahora en pleno desarrollo -con algo de adelanto respecto a otros años debido a las altas temperaturas registradas semanas atrás-. En algunas zonas la voracidad de estos lagomorfos, unida a su tremenda abundancia, puede dar al traste con la vendimia casi seis meses antes de que comience.

Pero también muchas de las especies de caza mayor, como el jabalí, el ciervo, o el corzo pueden causar problemas a los cultivos y a los ganaderos. El jabalí y el ciervo son capaces de comer casi cualquier materia vegetal (y animal, en el caso del suido) y los corzos, con unas preferencias más afinadas, gustan de yemas tiernas, por lo que también son capaces de provocar importantes daños en los majuelos durante esta crucial etapa vegetativa del cultivo en la que comienzan a crecer los futuros sarmientos de los que colgarán los racimos. No hay que olvidar que la población de estas especies de ungulados silvestres se ha disparado en los últimos años y es muy alta en muchas zonas de La Rioja y de casi toda España.

Por ello, ARAG-ASAJA recuerda a todos los profesionales del sector agrario con explotaciones afectadas por esta situación que tienen la posibilidad de trasladar información relevante a través de las oficinas de la organización. En primer lugar hay que notificar los datos necesarios para la identificación de la zona afectada, el tipo de cultivo que hay en ese momento, la especie causante de los daños producidos, una previsión aproximada del alcance que puedan tener y las posibles razones por las que puede existir una inadecuada gestión de la especie causante del daño. El objetivo es hacer llegar toda esta información a la Consejería de Agricultura y Ganadería para que se pongan en marcha las actuaciones pertinentes para instar al coto competente a actuar ante la proliferación de estos animales y salvaguardar así los cultivos y el ganado. Los cotos de caza hacen lo que pueden para controlar esas especies, pero muchas veces su prolificidad lo convierte en una tarea imposible.

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