La 'Mannschaft' conquista Wembley

C. de la blanca (SPC)
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El año 1954 fue el estreno de Alemania en el fútbol

Los germanos ganaron por primera vez en territorio inglés.

Inglaterra, campeona del mundo en 1966, llegó a México'70 con aires de grandeza, esos que ni tan siquiera perdió cuando quedó en evidencia. En aquel torneo cayó en cuartos frente a Alemania. El partido lo resolvió la 'Mannschaft' en el tiempo suplementario, pero Alf Ramsey no estaba dispuesto a aceptar esa derrota y dos años después, cuando en los cuartos de la clasificación para la Eurocopa 1972 quedó emparejado de nuevo con los germanos, señaló que en el Mundial de 1970 el clima les había jugado una mala pasada. Esa excusa quedó reducida a cenizas tras la demostración de fútbol teutona en Wembley.

La historia de Alemania en el fútbol tiene su punto de partida en su victoria en Berna ante la mejor Hungría en 1954. Ese partido supuso su pico más alto de euforia, pero su triunfo en Londres camino a la fase final del torneo de 1972 puede ser equiparable al conseguido en Suiza. Los germanos no habían ganado nunca  hasta la fecha en tierras inglesas y para optar a otro título debían hacerlo. Helmut Schön acudió a Wembley con un equipo con caras reconocibles como las de Franz Beckenbauer, Gerd Müller o Gunter Netzer, pero también con otras menos conocidas hasta entonces como las de Uli Hoeness o Paul Breitner. Con un primer acercamiento al 'fútbol total', juego de posesión para buscar el vértigo arriba y mucha flexibilidad posicional en varias demarcaciones, los teutones desarbolaron a los 'pross', anclados en su clásico 4-4-2 más tradicional y sin apenas recursos para frenar el torrente de fútbol que tenían enfrente. 

Hoeness golpeó en la primera parte, pero el empuje de los casi 100.000 aficionados que se dieron cita en el estadio londinense llevó a los suyos a lograr el empate, obra de Francis Lee en el 78. Sin embargo, el arreón final de los alemanes dejó la eliminatoria vista para sentencia: Netzer, desde el punto de penalti, y Müller consumaron un 1-3 que, unido al 0-0 de Berlín, catapultó al combinado germano a la fase final de la Eurocopa, un trofeo que acabaría ganando de manera brillante y que coronó a la, quizá, generación más prolífica de la historia del conjunto nacional.