Mar de niebla en Pamplona: entre la belleza y el trastorno

Ricardo Beitia
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Con la llegada del frío estacional la niebla se hace hueco en Navarra en un buen número de latitudes. Es el caso de la cuenca de Pamplona donde su densidad, espesor y frecuencia son parte ya del paisaje durante las mañanas de invierno.

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Imagen de la cuenca de Pamplona tomada esta mañana desde el avión procedente de Madrid
Imagen de la cuenca de Pamplona tomada esta mañana desde el avión procedente de Madrid
Imagen de Pamplona tomada desde el avión poco antes de tomar tierra en el aeropuerto de Noáin
Imagen de Pamplona tomada desde el avión poco antes de tomar tierra en el aeropuerto de Noáin
Imagen de la cuenca de Pamplona tomada esta mañana desde el avión procedente de Madrid
Imagen de la cuenca de Pamplona tomada esta mañana desde el avión procedente de Madrid

Es, quizá, la parte más atractiva de un viaje habitual para muchos navarros que van y vienen en avión desde Madrid. Todo un deleite para la vista imágenes como las captadas hoy desde uno de esos vuelos. Pero nada que ver la belleza de los espesos mantos blancos sobre la cuenca de Pamplona desde lo alto de un avión a lo que se aprecia una vez la aeronave ha tomado tierra, donde la bruma lo ocupa y emborrona todo. La idílica imagen aérea esconde un trastorno también habitual para quienes aspiran a llegar en hora a su destino, en este caso, a la capital navarra. Hoy ha habido suerte "por los pelos" nos cuenta uno de esos pasajeros. Por poco no ha tenido que desviarse el avión para aterrizar en el aeropuerto de Bilbao. Ya ocurrió la pasada semana en el día de reyes cuando la niebla oligaba a aterrizar en la capital vizcaína y ponía a prueba la paciencia de quienes esperaban llegar a tiempo a sus compromisos familiares en un día tan señalado. El avión tomaba tierra en Loiu y el pasaje era trasladado en autobús a Pamplona algunas horas más tarde. Nos cuentan que justo a tiempo para la comida en familia. Regalo de reyes.