Llegar a trabajar y tener un Dalí encima de la mesa, un Miró en la esquina y un Picasso de camino es un sueño para muchos y el día a día de Jorge García Gómez-Tejedor, el jefe del departamento de Conservación-Restauración del Museo Reina Sofía. Lleva trabajando en el museo desde 1992, 29 años en los que se ha encontrado todo tipo de cuadros y de desperfectos en ellos. Ahora está trabajando en preparar un Dalí para transportarlo a Corea, un cuadro que el propio pintor rompió en un arrebato de furia e ira al conocer que su padre le iba a desheredar.
El cuadro se ve perfecto, pero García asegura que es delicado, y es que en él aparecen retratados de forma abstracta el propio Dalí en el centro, a su derecha Lorca y representado como una oreja Buñuel. Se trata de la obra Dues figures.
Otra de las caras que se ven en el departamento es la de Carmen Muro, responsable del laboratorio de química. Cuando Carmen explica su función en el proceso de restauración es incapaz de contener una gran sonrisa que revela lo mucho que le gusta su trabajo. Se encarga de la parte química, que consiste en tomar muestras de los cuadros para conocer la composición y los materiales de los que están hechos, pero aclara que «son micromuestras de partes muy específicas y solo cuando es necesario, que nadie se asuste».
Todas estas técnicas se emplean para facilitar la labor de los restauradores, para poder conocer elementos que no se ven a simple vista, les ayuda a «no especular sobre qué puede ser esta técnica» y les da la capacidad de poder estudiarla, asegura Carmen.
Lo que los ojos no aprecian
La sección de fotografía dentro del departamento de restauración juega un papel muy importante en el proceso. Mediante barridos fotográficos con distintos espectros de luz son capaces de observar las distintas capas del cuadro.
El encargado de juntar todas las imágenes es Humberto Durán. Se encarga de juntar las fotos que obtienen del análisis multiespectral. Gracias a estas, los restauradores pueden identificar los problemas o desperfectos que tengan las obras en las distintas capas del cuadro, daños que no se pueden ver a simple vista.
Humberto cuenta que la luz ultravioleta revela los añadidos al cuadro, es decir, elementos como los barnices que se han puesto o los repintes que se han ido realizando a lo largo de los años.
El departamento de Restauración es un lugar en el que ver un Dalí o un Miró encima de una mesa es algo normal, en el que conviven todo tipo de cuadros y tecnología de primer nivel, en el que el arte y la ciencia se unen por un mismo objetivo: conseguir que podamos disfrutar de las obras tal y como las creó su autor.