El grado de emprendimiento constituye un importante termómetro para conocer cómo es la economía de un país, desde su tejido productivo, sus recursos humanos, sus servicios e, incluso, hasta el nivel de solvencia de sus empresas. En este contexto, el colectivo de trabajadores por cuenta propia lleva años denunciando las dificultades que atraviesa mes a mes ante el incremento constante de los altos costes que tienen que hacer frente, no solo de materias primas, sino en gastos de personal, cuotas a la Seguridad Social y, especialmente, en impuestos a las arcas públicas.
La Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) alertó recientemente de la pérdida de 72.800 autónomos empleadores el pasado año, al tiempo que su presidente, Lorenzo Amor, lamentó en el contexto de la presentación de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de este año publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) «que una pequeña empresa cree empleo y lo mantenga se está convirtiendo en una misión imposible».
En concreto, los datos de afiliación al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) mostraron que en España cada día de julio se perdieron 160 profesionales. De esta forma, se pasó de 3.386.432 en junio a 3.381.485 en el séptimo mes, lo que representó una disminución de 4.497 emprendedores.
Se trata de unas cifras que ATA calificó de «preocupantes» y que ponen de relieve la sangría de bajas que están registrando y la escasa capacidad que existe tanto para crear nuevos negocios como para relevar a las generaciones actuales, que ven muy complicada la continuidad de sus pequeñas empresas.
Unos datos que, según el presidente de ATA y vicepresidente de la CEOE, Lorenzo Amor, reflejan «lo difícil que se está poniendo mantener y crear empleo para muchos autónomos en España». «Más trabas, más cargas y más costes laborales hacen imposible para muchos mantener empleos».
Por su parte, la EPA precisó que, de los 21,7 millones de ocupados, 3,3 millones son trabajadores por cuenta propia, entre los que se encuentran 956.000 empleadores. Así, si se compara esta cifra con la del trimestre anterior, el balance evidencia una sangría de unos 15.000 empresarios con asalariados, según ATA.
En desventaja
En general, los profesionales emprendedores en España se encuentra en situación de desventaja en comparación con el resto de la eurozona, lo que ha afectado de manera significativa el número existente el pasado año con relación con el 2022.
Según defiende ATA, en marzo de 2022 había 3.323.563 trabajadores de este segmento y para el mismo mes del año 2023, esta cifra bajó a 3.322.236, lo que representó una evolución negativa.
La principal explicación que denuncia este colectivo es que están incrementando sus gastos muy por encima de sus ingresos, debido al proceso inflacionista que existe, lo que les lleva a reducir considerablemente todas las partidas de sus negocios ante el ajuste de márgenes que tienen en sus negocios, teniendo en cuenta, además, que actualmente la cuota mínima que pagan al fisco ya va en función de sus ingresos reales y asciende desde los 230,15 euros de mínima y los 542,13 de máxima.
Por sectores, el declive del pequeño comercio lidera el número de cierres ante los altos costes y las menores ventas con más de 20.000 bajas el pasado año.
Las expectativas son pesimistas teniendo en cuenta que se está negociando una reducción de la jornada sin recortar el salario ni la cifra de cotización, lo que supondrá más gastos y menos ingresos, en especial, para los más pequeños.