Después de 'sobrevivir' sin ninguna merma física a destacar en su vuelta a la competición tras tres meses, Rafa Nadal tiene claro el plan a seguir en las próximas semanas. Con Madrid y Roma próximamente, en el horizonte está París, donde espera llegar sano y con rodaje de los torneos anteriores para allí, en Roland Garros, donde se ha coronado 14 veces campeón, darlo todo y permitirse «heroicidades».

«Después de lo que vengo pasando estos meses, no era el momento para buscar heroicidades. Es momento para ser realista, hacer las cosas de la manera más prudente», reconoció el balear justo tras caer en el Trofeo Conde de Godó ante Alex de Miñaur (7-5 y 6-1) el pasado miércoles, en la que pudo ser su última aparición en el campeonato de Barcelona.

Pero esa derrota no empañó la perspectiva del ganador de 22 Grand Slam. Es más, entraba dentro de sus planes.Después de un 2023 casi ausente de partidos oficiales y un 2024 que también comenzó de manera abrupta para él, Nadal no está actualmente para ofrecer un buen nivel más allá de un set.

Lo evidenció ante De Miñaur, contra el que luchó y presentó mucha batalla en la primera manga y se dejó ir en la segunda, sabedor de que su mente debe estar en París.

Es una situación incómoda para un animal competitivo que ha tenido que encerrar al espíritu que le ha llevado a ser una de las más grandes figuras del deporte nacional. Un mal necesario con vistas a la Philippe Chatrier.

Pista a la que pretende llegar después de acumular más minutos sobre la tierra batida del Mutua Madrid Open y del Masters 1.000 de Roma. En la capital de España espera poder jugar entre dos y tres partidos, cuestión complicada por su situación en el 'ranking' de la ATP. Mientras, en Italia sus planes pasan por dar un paso adelante y disputar entre tres y cuatro citas.

«A nivel lógico, el plan en Madrid sería seguir una progresión y dar un paso más a nivel de poder luchar. Madrid, Roma un poco más, y que en París que sea lo que Dios quiera. Si hay que intentarlo, será en Roland Garros. Ahí sí, no habrá otra», aseguró el de Manacor.

Soñar con otra Copa de los Mosqueteros de Nadal en la capital francesa huye de toda lógica, pero no sería la primera vez que el balear se abre paso en su torneo fetiche a base de épica y jugar a las mil maravillas con dolor. Esta vez, la que puede ser la última, tendrá en su contra todos los elementos en París.