El director de la cárcel de Pamplona, Pedro Lacal, ha trasladado este martes a los parlamentarios que han visitado la prisión que el problema al que se enfrentan es que "la población reclusa (353 en 2020, 480 en 2023) ha crecido mucho y la plantilla está infradotada".
"Por un lado, está el hecho de que penamos mucho, hacemos las penas eternas, se pretenden resolver ciertos problemas sólo por la vía penal, es una cuestión social. Por otro lado, sucede que nos hemos convertido en el reservorio del País Vasco. Los internos que no admiten, por cercanía, acaban aquí. Soportamos una carga que no nos corresponde", ha sostenido.
Así lo ha expuesto a los miembros de la comisión de Derechos Sociales y de Interior, Función Pública y Justicia que han visitado la prisión para conocer sus dependencias y comprobar su adecuación al desarrollo de actividades de reeducación y reinserción como las que desarrollan las entidades sociales
Actualmente alberga una población reclusa de 415 personas (28 de ellas mujeres), la mayoría en segundo grado o tratamiento ordinario (47 en tercer grado), con una condena media de tres años.
La delegación del Legislativo ha sido recibida el director de la cárcel y ha estado acompañada por Libertad Francés (Salhaketa) y María Lourdes Chasco (Gaztelan), según los datos facilitados por el Parlamento.
Durante la visita, en relación con el "excepcional" incremento de internos, Lacal ha demandado recursos para poder aplicar el protocolo CIS (Centro de Inserción Social), un reglamento que, en función del contexto social o familiar de aquellos condenados a menos de cinco años, permite el acceso directo al tercer grado.
"Es una forma de evitar estancias en prisión innecesarias. Hay que tener en cuenta que el 80,02 % de los presos no reincide", ha explicado.
A ese respecto, Libertad Francés (Salhaketa) y María Lourdes Chasco (Gaztelan) han subrayado la importancia de generar recursos sociales para completar el trabajo de preparación a la libertad que pueda hacerse en las prisiones.
En su opinión, "hacen falta programas de inserción socio-laboral, de rehabilitación (adicciones) y de otra índole (educadores, pisos de acogida, etc.) para que la población reclusa pueda salir. Hay que favorecer la clasificación en tercer grado, algo que ahora, con el CIS cerrado, resulta imposible".
En ese marco, Francés ha urgido a acelerar la asunción de la competencia penitenciaria, porque entonces "la responsabilidad de dotar la cárcel en condiciones recaería en el Gobierno de Navarra".
Lacal, por su parte, ha concluido destacando la atención sanitaria (la mejor de toda España), las posibilidades formativas (5 universitarios y tres preparando el acceso) y las opciones de trabajo en la cárcel de Pamplona, donde como en el resto de los presidios la conflictividad va asociada al ratio de internos.
"Tenemos dos módulos donde se superan las cien personas y todo lo que sea más de 90 es problemático. A ver si nos podéis echar una mano con eso", ha inquirido.
Ubicadas en una superficie construida de 75.530 metros cuadrados, sus instalaciones exigieron una inversión de 115,5 millones de euros. Cuentan con 504 celdas con dos literas, distribuidas en 10 módulos residenciales y 120 plazas complementarias repartidas entre un módulo en régimen cerrado, uno de ingresos, salidas y tránsitos y otro de enfermería.