Tiempo de vacas flacas

SPC
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La escasez de forrajes y paja, unida al agostamiento prematuro de los pastos naturales, compromete la viabilidad de muchas explotaciones ganaderas. ASAJA exige al Ministerio que actúe

Tiempo de vacas flacas

El pasado mes fue el abril más seco desde que hay registros de precipitaciones y, aunque parece que esta circunstancia solo afecta a los agricultores, los ganaderos también van a verse seriamente afectados. Los precios de los piensos están ya disparados desde hace meses (a pesar de que los cereales se han abaratado últimamente) y hace semanas que también se están registrando incrementos importantes en el precio de la paja y los forrajes secos (alfalfa y veza, principalmente). Y la catastrófica recolección que se espera esta campaña no parece que vaya a mejorar las cosas.

La producción de forrajes deshidratados españoles en la campaña 2022/2023, que acabó el pasado 31 de marzo, descendió un 13%, situándose en los 1,26 millones de toneladas. Destaca el caso de Cataluña, con una caída del 22%; seguida de Castilla y León, con un descenso del 14%; en Castilla-La Mancha y en Navarra bajaron un 12%; y en Aragón, la principal zona productora, el descenso fue del 10%. Se prevé que en la actual el descenso sea del 50% debido sobre todo a la sequía, según el balance que ha hecho la asociación de fabricantes AEFA.

Y parece que los mercados se están anticipando a esta previsible escasez, porque la paja que hace un año se pagaba a alrededor de 40 euros cada tonelada ya ronda los 90 y la alfalfa también ha doblado su precio hasta unos 400 euros por tonelada. Y ya no es solo el precio, sino también la dificultad de conseguir producto. La oferta se reduce por el escaso rendimiento de la alfalfa de secano durante los últimos meses debido a la falta de lluvias y las vezas que se van a cosechar esta primavera, aun sin predicciones oficiales, es evidente que van a dar una producción muy reducida por la sequía.

Aparte de los piensos y los forrajes, hay otros subproductos vegetales que pueden usarse para alimentar a los animales, como la pulpa de la remolacha azucarera o el bagazo de la cerveza. Habitualmente se emplean como complemento a la dieta del ganado, pero ante la falta de otros alimentos la demanda se ha disparado, por lo que no es fácil que los proveedores los sirvan a los ganaderos.

Ante esta situación hay temor de que muchos animales vayan al matadero por la imposibilidad de alimentarlos, bien por lo altos precios o bien porque directamente el ganadero no disponga de nada con lo que hacerlo. Este fenómeno ya se dio con las vacas lecheras hace unos meses y acabó repercutiendo en la oferta; incluso llegaron a producirse desabastecimientos puntuales en algunos supermercados y el precio de la leche subió para el consumidor. En el caso de la carne podría pasar algo parecido si no se ponen soluciones al problema. Conviene destacar que los rumiantes no pueden alimentarse solo con pienso y necesitan incluir una proporción de forraje en su dieta, por lo que miles de explotaciones de ovino y vacuno se verán afectadas.

Petición a Planas.

Por todo esto, el presidente de ASAJA, Pedro Barato, ha pedido al ministro de Agricultura, Luis Planas, que la paja que en estos momentos se está empleando en la producción de energía a partir de biomasa deje, «de forma temporal», de tener este destino y se dedique a paliar la carestía de alimento que sufre el ganado como consecuencia de la sequía. En concreto, la organización agraria ha recordado la «grave situación de sequía» que padece el país que, unida al aumento inusual de las temperaturas, está provocando «muchos problemas» en el desarrollo vegetativo de los cultivos, en especial en los cereales y forrajes destinados a la producción de materia prima para la alimentación animal.

Barato recuerda que ya hubo una baja producción en la campaña pasada, a la que ahora se unen unas previsiones de cosecha «francamente dramáticas», por lo que las existencias de forraje resultan «claramente insuficientes» para abastecer a la cabaña ganadera. ASAJA ha advertido que esta situación está causando estragos en las explotaciones, con especial incidencia en las de vacuno de carne y ovino, y avisa de que se «está convirtiendo en una auténtica pesadilla» para los ganaderos.

Ante esta situación de «extrema necesidad» y para que se pueda mantener a los animales con vida, Barato ha cursado una «petición urgente» a Planas para que de «forma excepcional» se detenga el suministro de paja a las empresas que se dedican a la producción de energía a partir de biomasa con este producto y así facilitar la entrada de paja en el mercado para que los ganaderos puedan atender las necesidades de alimentación de sus animales. «Desde ASAJA entendemos que, ante una situación excepcional como es ésta, el mantenimiento de nuestra ganadería debe tener prioridad sobre otros usos distintos de este producto y las empresas energéticas podrían encontrar otras alternativas para su producción a partir de biomasa», señalan desde la organización agraria.

 

Problemas para las ganaderías ecológicas.

Para que una ganadería sea considerada ecológica, aparte de ciertos requisitos en el manejo de los animales y en sus condiciones de vida se exige que el rebaño esté alimentado con productos ecológicos. Es decir, los componentes del pienso que se use y el forraje que consuman han de haber sido cultivados bajo el modelo agrícola ecológico y han de ser de proximidad. La sequía ha acabado con este tipo de forrajes en muchas partes de España y los piensos de estas características tienen precios prohibitivos, por lo que ganaderos andaluces solicitaron hace unos días que se les permitiera dar de comer a sus cabañas ecológicas alimentos convencionales ante la imposibilidad de conseguir los requeridos. El pasado martes, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía autorizó esta medida de excepción que estará vigente hasta el 30 de septiembre de este año, aunque 15 días antes de esa fecha se volverá a analizar la situación.