No había cumplido los 45 años cuando fue diagnosticada de cáncer de mama. Corría el año 2007. Durante una reunión de trabajo en el colegio Erreniega de Zizur Mayor, María Jesús Oraa recibía una llamada que le cambiaría la vida. "Me había hecho una prueba de cáncer de pecho y me llamaron para repetirla. Me daba pereza volver porque pensaba en mi día a día, en mi trabajo, en el colegio… Pero el día que me repitieron la prueba le dije a mi marido que me acompañara. Sospechaba que algo podía haber. Fui con miedo. Y, efectivamente, ese momento es un tsunami cuando te confirman la mala noticia. La llorera me la pegué ese día. Lo relacionaba con el cáncer que había acabado con la vida de mi aita porque no había precedentes con el cáncer de mama".
Han pasado 17 años desde que le diagnosticaron "pero nunca se olvida", confiesa en el programa Cara a Cara de Navarra Televisión. "Queda el miedo. Se me instauró". Sin embargo, paradojas de la vida, asegura que "cuando se acaban los tratamientos te sientes un poco huérfana tras haber recibido tanta atención". Se muestra agradecida a los profesionales que la trataron y defiende un programa de detección temprana que "funciona", dice. "Es cuestión de vida o muerte".
Considera muy importante no esconder esta enfermedad. "Cada persona y su entorno es una circunstancia. Es muy importante no esconderse porque necesitamos ayuda. Están las asociaciones y profesionales para que la autoestima no decaiga. La primera vez es un duelo. La cabeza no para, pero es bueno hablar. Es importante reconocerlo como sociedad. Es un problema de todos. En mi caso, al ser maestra, pude compartir mi experiencia con madres del colegio y sentí que tenía que plasmarlo en un libro".
“El cáncer de mama nunca se olvida. Se me instauró el miedo”Lo dice orgullosa de haber dado este paso literario para explicar una enfermedad que trasciende lo puramente personal. "Cuando cuentas y hablas estás actuando y te influyes a ti misma. El libro, por ejemplo, ha interesado a mucha gente que se siente identificada. Se reproduce un patrón. Es bueno compartir experiencias. Antes me daba pudor".
Con todo, asegura que su vida "es un cuento con final feliz, pero hay personas que no llegan". María Jesús ha perdido amigas y gente conocida en este camino que sigue trazando con iniciativas como la que tendrá lugar el próximo 27 de octubre en Pamplona, a las 11:00 en la Plaza del Castillo. Allí partirá una carrera solidaria organizada por SARAY para la que se han preparado 12.000 dorsales que correrán juntos de color rosa. "El rosa es esperanza. Es vida", concluye.