El ministro de Fomento, Óscar Puente, se ha comprometido este viernes a licitar a lo largo de los próximos meses los dos tramos pendientes de la autovía A-21 hacia Pamplona, el comprendido entre Jaca y los límites con la Comunidad de Navarra y la variante de Jaca.

Puente ha expresado este compromiso ante los medios de comunicación tras mantener una reunión con el presidente de Aragón, Jorge Azcón, en la estación de Canfranc, y antes de participar en otra con el presidente de la región francesa de la Nueva Aquitania para impulsar la reapertura de la línea internacional ferroviaria y tratar de alcanzar un compromiso más firme con el proyecto por parte del ejecutivo francés.

En una intervención previa, Azcón ha valorado los compromisos alcanzados en cuanto al desarrollo de las infraestructuras viarias y, en concreto, el impulso anunciado por el ministro para completar la A-21 por el Pirineo aragonés hasta Navarra (tramo Puente la Reina-Fago).

En concreto, los planes ministeriales prevén licitar antes de final de año el tramo Jaca hacia Pamplona, y hacerlo también con la variante de Jaca en el primer semestre de 2025, obra esta última cuyo retraso ha considerado Azcón "inexplicable" después de los veinte años transcurridos desde el inicio de las obras del eje, y fundamental, ha añadido, para distribuir el elevado tráfico que transita hacia las pistas de esquí.

Otro de los compromisos solicitados desde Aragón y adquiridos por el ministro incluye una reducción significativo de los plazos previstos para la ejecución del tramo de la A-21 entre Lanave y Sabiñánigo, un "cuello de botella" durante la temporada de esquí enclavado en el Puerto de Monrepós cuyas obras se han licitado recientemente con un plazo de ejecución de 5 años.

Azcón ha valorado el compromiso de reducción del plazo "en muchos meses" pronunciado por el ministro, que ha advertido, sin embargo, de la complejidad de un tramo de 8,5 kilómetros que requerirá de cinco viaductos, un canal, dos pasos superiores y cuatro inferiores para superar las dificultades orográficas del terreno.

El presidente se ha referido, asimismo, a otros compromisos como el alcanzado para impulsar una reunión urgente con Renfe para solucionar los problemas creados a la Terminal Marítima de Zaragoza por las obras acometidas en el Corredor Mediterráneo y de reivindicar ante el Gobierno francés la importancia de la reapertura de la línea internacional de Canfranc así como de la Travesía Central ferroviaria.

En relación a la reapertura del Canfranc, el presidente aragonés ha recordado que recientemente le insistió a su homólogo en Nueva Aquitania sobre la necesidad de mantener reuniones con los ministros español y francés de Transportes y con el comisario europeo del ramo para tratar de convencer a las autoridades galas de la importancia del eje.

Unos contactos, según Azcón, que con el ministro español se producen hoy y que se van a utilizar ante las autoridades francesas para impulsar las obras de adecuación de la carretera R-134 en Francia, cortada desde el pasado mes de septiembre debido a una Dana que provocó el hundimiento de la plataforma viaria.

En la reunión se ha debatido sobre la necesidad de impulsar los tramos pendientes de las autovías A-25, A-40 y A-68.

También ha valorado el compromiso del ministro de volver a reanudar, a partir del próximo 8 de diciembre, del grupo de trabajo entre el Ministerio de Transportes y el gobierno aragonés, previsto en el Estatuto de Autonomía de Aragón, para impulsar las infraestructuras en la comunidad.

Por su parte, Puente se ha centrado en el trabajo desarrollado para impulsar las conexiones ferroviarias básicas con Francia, entre otras el paso de Irún, un proyecto que se ha mostrado convencido de que estará finalizado en la parte española en 2030 pero que, ha subrayado, no ha tenido una respuesta igual en el país vecino.

El ministro ha defendido la importancia de la línea del Canfranc, pero también de la Travesía Central ferroviaria, una obra, ha añadido, que "tiene todo el sentido y que propiciaría un acceso estratégico entre Francia y España", además de que la mayor parte de los 25 kilómetros del túnel que sería necesario construir transcurrirían por parte española, lo que supondría un menor coste a las autoridades galas.