Los chicos Jagoba Arrasate afrontaron con ilusiones renovadas la visita de un cuadro canario en racha que planteó un encuentro más calmado desde el comienzo. El feudo navarro acogía a los suyos por segunda semana consecutiva.
El técnico de Berriatua volvió a confiar en los mismos onces futbolistas que se vieron sobrepasados ante el Girona una semana antes. Las posibles entradas de Iker Muñoz o Juan Cruz quedaron descartadas hora y cuarto antes de que el árbitro diese comienzo a la decimotercera jornada de campeonato.
Tras una primera mitad sin mucho ritmo, y con una espectacular atajada de Álvaro Valles, los 22 protagonistas se fueron a vestuarios. El remate de Ante Budimir fue el único de su equipo durante los primeros 45 minutos, claro síntoma de que al equipo le cuesta llegar al área rival de forma asidua.
Fiel a su idea, Arrasate no realizó cambios hasta el 67. En el 70, se adelantó Las Palmas con un disparo imparable de Moleiro, perla insular que se fue metiendo hacia el centro antes de asestar el primer golpe. Tres minutos después, uno de los revulsivos, Jon Moncayola, sirvió un centro para que Budimir y Coco fabricasen el empate.
El colegiado dio el gol a Budimir, quien hizo todo lo posible por finalizar la acción, pero lo cierto es que es el defensa central fue quien acabó golpeando de cabeza al intentar despejar. Tras ello, Osasuna acabó arrinconando a su rival con la inestimable ayuda de un público que creyó hasta el final en ver la segunda victoria del curso en casa.
Como dijo Arrasate en rueda de prensa, sus jugadores no consiguieron los tres puntos "por centímetros", en referencia al gol fantasma de David García que Valles sacó de forma extraordinaria cuando más del 90 % del balón ya había rebasado la línea en el minuto 48.
El Sadar se le sigue atragantando a un equipo que echa de menos a piezas importantes como Moi Gómez, Aimar o Chimy Ávila, jugadores que el curso pasado fueron diferenciales en sus puestos. Osasuna marcha en 12ª posición con 14 puntos, 7 por encima del descenso que en este momento marca el Celta de Vigo.
Los de Tajonar volverán a competir el 26 de noviembre. Será en la Cerámica ante el Villarreal, un rival que no ha comenzado con buen pie pese a tener una plantilla que opta a entrar en Europa.