El presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde, ha remitido este viernes a los grupos parlamentarios una propuesta de código de conducta de la Cámara foral que ha sido elaborada por los servicios jurídicos y que "cumple el mandato" establecido en el Reglamento aprobado el 14 de abril de 2023 "por mayoría absoluta".
"El Parlamento representa a la ciudadanía navarra y cada parlamentario tiene una responsabilidad, cierta ejemplariedad, y nuestro comportamiento debe ser acorde con esa circunstancia", ha subrayado en una comparecencia de prensa.
Según ha explicado, el texto se tratará en la Comisión de Reglamento en la primera semana de junio y serán los representantes en este órgano quienes decidan si debaten este texto en la misma comisión o mediante una ponencia parlamentaria.
Imagen de un pleno del Parlamento de Navarra - Foto: ARCHIVOHualde ha señalado que el borrador ha sido confeccionado por los servicios jurídicos de la Cámara en base a "normas similares vigentes en órganos legislativos como el Parlamento Europeo, las Cortes Generales o los parlamentos autonómicos de Canarias o Cataluña".
El texto incluye unos principios generales de conducta, el deber de asistencia de los parlamentarios a los órganos de los que forman parte o unas normas de "orden, cortesía y disciplina". También recoge los posibles "conflictos de intereses", la obligación de realizar una declaraciones de actividades y bienes patrimoniales, un régimen de incompatibilidades, el procedimiento ante regalos y obsequios, el deber de transparencia o la elaboración de un plan de formación en materia de ética y buenas prácticas.
Igualmente, recoge la habilitación de un canal de consultas de dudas y cuestiones y otro canal de denuncias en relación con la aplicación de este código.
Esta propuesta contempla un régimen sancionador que va, en función de su gravedad, desde una amonestación privada o una multa económica -de entre 600 y 12.000 euros- a la suspensión temporal del ejercicio de la función parlamentaria "hasta que no se resuelva la situación de incumplimiento". Una posibilidad, esta última, que "está estudiada jurídicamente que cabría en los supuestos más graves".
Hualde ha explicado que compete a la Mesa del Parlamento -compuesta por UPN, PSN, EH Bildu y Geroa Bai con la posibilidad de asistencia del resto de grupos- la atribución de las sanciones. Al respecto, ha indicado que será la Comisión de Reglamento la que decida si "es una fórmula válida". Si la Mesa es suficientemente plural será una reflexión que tendrán que tomar los grupos en la Mesa del Parlamento", ha añadido.
"NO ES UN TEXTO CONTRA NADIE"
De la misma manera, ha querido salir al paso de los "mensajes confusos de algunos representantes parlamentarios" después de que diera a conocer este borrador y ha mostrado su sorpresa de su reacción "como si les pillase de nuevas, porque era algo perfectamente sabido según las normas y reglamentos de aprobamos". De la misma manera, ha asegurado que la elaboración de este texto por los servicios jurídicos "ha sido varias veces comentado en la Mesa del Parlamento".
"Lo que se está haciendo es dar inicio al cumplimento del mandato del Reglamento e iniciar el proceso para su tramitación parlamentaria y debate, que deseo que cristalice con su aprobación" con las modificaciones que decida "la mayoría parlamentaria", ha indicado.
Unai Hualde se ha mostrado "bastante sorprendido" por las manifestaciones de algunos representantes parlamentarios tras el anuncio de la elaboración de este código de conducta y ha recalcado que "no es un texto contra nadie sino un mandato que fue fruto de la reflexión del conjunto de grupos en la pasada legislatura en aras a la profundización democrática y adaptación a los tiempos".
Ha señalado que "en los últimos meses" de la nueva legislatura se han vivido "algunos episodios lamentables en algunos debates que han puesto más de manifiesto más si cabe la necesidad de este código de conducta".
Ante las críticas de algunos grupos que consideraban que este código buscaba "silenciar" a la oposición, Hualde ha afirmado que "si algo es el Parlamento es el templo de la palabra" pero ha incidido en la necesidad de un "equilibrio entre a libertad de expresión y no traspasar determinados límites".