Triste imagen de Osasuna en el Santiago Bernabéu, donde los rojillos cayeron derrotados por 4-0 en su visita al Real Madrid. Los navarros llegaban a la cita con todos sus efectivos disponibles y una racha de tres victorias consecutivas, mientras que el conjunto madridista se encontraba inmerso en una crisis de juego y resultados. Sin embargo, el pobre planteamiento de los de Vicente Moreno tiró por tierra las aspiraciones rojillas. Tampoco supieron aprovechar los tres lesionados que sufrió el equipo blanco durante los 45 primeros minutos de juego. Con un 2-0 al descanso, la segunda parte se antojó casi imposible, más aun cuando los de Pamplona regalaron dos goles con sendos fallos groseros en defensa.

Osasuna se olvidó de jugar al balón en Madrid. Todas las acciones rojillas eran balones largos que siempre ganaban los blancos. Así, la pelota le duraba muy poco al equipo navarro, que aun así no pasaba grandes apuros ante un Real Madrid falto de ideas en ataque. Daba la sensación de que sería cuestión de tiempo de que la grada comenzase a pitar a los suyos, pues el Madrid se mostraba inoperante en ataque. Son muchos los que cuestionan al técnico local por la falta de peligro ofensivo, con un vestuario hecho a base de dinero y con objetivos muy exigentes. 

Pasaban los minutos y las malas noticias comenzaban a aflorar en el Real Madrid. Rodrigo fue el primero en caer lesionado, así como Militao. Rozando el descanso sería Lucas Vázquez quien también tuviese que retirarse al banquillo. Unas bajas muy sensibles que Osasuna ni intentó aprovechar, dado que continuó abusando de balones en largo. Además, cuando Lucas Vázquez dejó con un jugador menos a los blancos, los rojillos no hicieron por atacar en esa posición del campo. Una completa falta de fútbol que asonbró a los aficionados, más aun cuando el Real Madrid acabó encontrándose dos goles a su favor. El primero de Vinicius tras una mala salida de balón osasunista, que el atacante blanco acabó aprovechando con un duro remate dentro del área. Era el minuto 34 y el 2-0 llegaría instantes después, en este caso con un balón largo que la defensa no tapó y ante la duditativa salida de Herrera, Bellingham lo acabó enviando a gol por encima del portero. Con ese incrédulo 2-0 para el Real Madrid, ni ellos se lo creían, se llegó al tiempo de vestuarios.

Ya en la segunda parte Osasuna lo intentó con más corazón que cabeza, tanto que los errores en defensa comenzaron a ser groseros. Primero en un saque de esquina a favor de los rojillos, que tras atajar el portero, su saque en largo no lo pudo despejar la zaga en repliegue, ante un Vinicius que convirtió el 3-0 en el minuto 61. Pero más grosero fue el 4-0, con un regalo de Boyomo para Vinicius que no perdonaba. En la media hora restante Osasuna intentó no encajar más goles y la falta de acierto local evitó que la goleada fuese mayor. No hubo una clara ocasión de gol para Osasuna en todo el partido.