Ocho millones de ejemplares vendió la novela La trenza, que narra una historia en la que se entrecruzan la vida de tres mujeres que viven en diferentes continentes y poseen estatus social distinto. Laeticia Colombani es la escritora de esta obra y ahora ella misma la ha adaptado al cine, en un drama femenino que se ve de un tirón, a pesar de los saltos geográficos que nos llevan desde la India a Canadá e Italia.

¿De dónde partió para escribir esta historia de tres mujeres de diferentes continentes y clases sociales?

La inspiración fue fundamentalmente por las ganas que tenía de hablar de mujeres del mundo de hoy que viven en diferentes sociedades y el lugar que ocupan. Y pensé que cuanto más diferente fuera la clase social curiosamente podía mostrar que había un paralelismo entre esas historias. Las tres protagonistas coincidían en que tenían que luchar, daba lo mismo que una estuviera abajo del todo, como es el caso de la mujer india de la casta intocable, o arriba, como la abogada canadiense que aspira a un puesto ejecutivo. 

¿Cuándo decidió filmar la película y con qué dificultades se encontró, porque entiendo que rodó en los tres continentes, incluso en la India?

Rodar en India es complicado, efectivamente, pero no costoso económicamente. Necesité de un equipo muy grande y, además, estando allí constatas que es un país maravilloso pero también terrible, donde nada es como uno lo espera. Cuando ruedas siempre algo puede cambiar y producirse una situación nueva, y era meterse en otro mundo. Ese reto me asustaba pero también me entusiasmaba. Y esta película me ha permitido hacer tres en una y aprender formas de trabajar totalmente diferentes en los tres países: India, Italia o Canadá. Y eso fue apasionante como cineasta y como ser humana.

La historia que más llega emocionalmente es la de Smita, la intocable de la India. ¿Es tan terrible la vida para las personas de esa casta? Un personaje llega a decir que tienen menos derechos que las vacas.

Sí, desgraciadamente, las cosas no cambian para los intocables en la sociedad india. Rodamos en una comunidad de intocables y los que pertenecen a esa casta y siguen viviendo como lo hacían hace tres siglos. Viven apartados de los demás, no tienen agua corriente, tienen que ir al pozo, los niños no van al colegio, luego no saben ni leer ni escribir, a las chicas las casan a los 14 años y mueren muy jóvenes.

Su película habla de mujeres valientes que luchan por liberarse pero yo también me he quedado con la grandeza de las que llevan el peso de sus familias.

Creo que las mujeres siempre llevan a la familia en la mochila, sean de donde sean, y resulta una carga muy pesada. Se espera mucho menos de un hombre. Las chicas actuales deben tener éxito profesional pero también deben ser madres perfectas. Muchas imposiciones a lo que se suma que somos muy exigentes con nosotras mismas.