Jon Moncayola puso el 1-0 a los 13 minutos de partido, un duelo que con el paso del tiempo fue perdiendo ritmo hasta el descanso, como consecuencia del planteamiento defensivo del Mallorca. Aun así, justo antes del gol rojillo, los bermellones habían puesto en apuros a Aitor Fernández. Fue el ex rojillo, Nacho Vídal, quien protagonizó la primera llegada visitante. En cuanto al gol de Moncayola, este llegó a balón parado, después de que el navarro aprovechase un balón en la frontal para de remate cruzado inaugurar el marcador con un gran gol.
Después de encajar, el Mallorca tenía que arriesgar pero a los de Aguirre les faltaba presencia ofensiva, mientras que Osasuna no sufría en exceso y mantenía la ventaja. De nuevo a balón parado y cumplida la media hora de juego, Juan Cruz finalizó con un peligroso disparo una bonita combinación de los rojillos.
Ya en la segunda parte el Mallorca gozó de más presencia en campo rival y fue en este caso Iker Muñoz quien estuvo muy cerca de convertir el 2-0. Fue en un saque de banda que rechazó la defensa, pero que el canterano recibió en la frontal y de primeras buscó anotar. Potente envío del rojillo que despejó con apuros el guardameta rival. Parecida iba a ser la réplica del Mallorca, que en el minuto 64 consiguió empatar, también a balón parado. Hasta tres saques de esquina envió al área el cuadro balear, para que finalmente Sergi Darder cogía un rechazo en la frontal y su remate pegó en Rubén García, con tan mala fortuna que la pelota acabó en gol.
A partir del empate fue Osasuna quien empezó a 'embotellar' al Mallorca, que parecía conformarse con el punto. Los mallorquines están virtualmente salvados y un punto les podría valer. Así las cosas el conjunto navarro, ayudado por los cambios, empezó a encerrar a su rival y todo eran balones al área. Los de Aguirre achicaban espacios y buscaban contragolpear para sorprender a los locales. En el minuto 94 Osasuna pediría un penalti sobre Mojica, pero las imágenes dejaron en evidencia al rojillo, que buscó engañar al árbitro.
Finalizó de esa manera un partido equilibrado, en el que Osasuna mereció la victoria dada su mayor insistencia, pero que pecó de falta de acierto.