El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha informado de que el organismo de la ONU junto a sus socios han entregado suministros médicos esenciales al Hospital de Naser, en la ciudad palestina de Jan Yunis, si bien no ha conseguido entregar los paquetes de alimentos planeados, en el marco de las "intensas operaciones militares" del Ejército de Israel.
"La OMS y sus socios pudieron llegar ayer al hospital y entregar suministros médicos esenciales para un millar de pacientes. El equipo también había planeado entregar comida al hospital, pero la entrega se retrasó", ha comunicado Tedros, que ha recordado que estos "retrasos" aumentan "los riesgos para la salud de los pacientes vulnerables y obstaculizan al personal sanitario".
Estos alimentos tampoco han podido llegar este martes a Naser, ya que, "debido a los retrasos en el puesto de control, la multitud recogió los alimentos": "Esto pone de relieve la absoluta desesperación de la población en Gaza, que vive en condiciones infernales, incluida la hambruna extrema", ha manifestado.
Por último, el director general de la OMS ha reiterado su solicitud de recibir permiso para entregar combustible al hospital, que atiende actualmente a 400 pacientes y que "en una semana ha pasado de funcionar parcialmente a funcionar mínimamente, lo que refleja el injustificado y continuo desmantelamiento del sistema de salud".
"Naser tiene una grave escasez de médicos especializados, ya que la mayoría del personal sanitario es voluntario, de medicamentos, oxígeno, alimentos y combustible (...) La moral del personal médico ha disminuido significativamente debido a estas sombrías circunstancias", ha declarado.
Esta situación se produce cerca de cuatro meses después de que Israel lanzara su ofensiva contra el enclave palestino tras los ataques de Hamás, que dejaron unos 1.200 muertos y cerca de 240 secuestrados. Desde entonces, las autoridades gazatíes han denunciado 26.700 muertos, a los que se suman más de 360 muertos en operaciones de las fuerzas de seguridad y ataques por parte de colonos en Cisjordania y Jerusalén Este.
En los últimos días, se ha producido un aluvión de suspensiones de ayuda humanitaria cuando la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) anunció la expulsión y apertura de una investigación de varios trabajadores tras acusaciones presentadas por las autoridades israelíes sobre una supuesta implicación en el ataque de Hamás del 7 de octubre.
Todo ello, en el mismo día en el que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) instó a las autoridades de Israel a adoptar "todas las medidas posibles" para proteger a la población palestina del enclave de presuntos abusos contemplados en la Convención sobre Genocidio y garantizar de manera "urgente" que recibe la ayuda necesaria, en una batería de medidas cautelares que no implicaba un cese inmediato de la ofensiva militar.