La fiestas patronales que en estos momentos se disfrutan en varios pueblos navarros tienen algunas cosas en común, como es la pasión por las vacas. Son días grandes en los que en rara ocasión, un concurso de recortadores no forma parte de la programación festiva.
Una afición que suele ser heredada de la familia, aunque no todos se atreven a ponerse delante de los astados. Independientemente de la disciplina, la gran mayoría de los recortadores empezaron con miedo tras haber recibido algún "empujón", pero tal y como explican a Navarra Televisión, "del miedo se pasa al gusto y de ahí a la afición".