Ha fallecido el compositor navarro Agustín González García de Acilu a los 94 años en Madrid, lugar en el que residía. Natural de Alsasua, fue distinguido en 2009 con la mayor distinción cultural de la Comunidad foral, el premio Príncipe de Viana de la Cultura. El Gobierno de Navarra ha mostrado este martes sus condolencias a la familia y allegados. Con este galardón, se reconoció a uno de los compositores musicales españoles más significativos de la segunda mitad del siglo XX, con una gran labor también como pedagogo y formador musical.
En 1958 consiguió el Premio de Contrapunto y Fuga. Conoció a Fernando Remacha, director del Conservatorio de Pamplona, quien le animó para que se presentara a la convocatoria de becas de la Institución Príncipe de Viana. Gracias a esta ayuda extraordinaria se integrará en la vida musical europea en París, Venecia, becado por el gobierno italiano, y Roma. En estos viajes resulta fundamental la presencia de su amigo, el arquitecto Rafael Moneo. Escuchan, entre otros, a Umberto Eco, Giulio Carlo Argan, Diego Fabbri o Eduardo Sanguinetti.
En Roma, trabaja la labor compositiva con Godofredo Petrassi, y en 1964, en Darmstadt, es invitado al 'Internationale Ferienkurse für Neue Musik', dirigido por Pousseur, Lygete y Babbit.
En esos años ganó numerosos premios, entre ellos el 'Samuel Ríos' por su cuarteto de cuerda 'Sucesiones Superpuestas', el Premio Nacional de Música en 1971 por su 'Oratorio Panlinguístico' y el accésit a la mejor obra en la temporada 1967-1968 por su 'Aschermittwoch' (Miércoles de ceniza). En 1971 representó a Radio Nacional de España en el premio Italia con su obra 'Interfonismos', y en la tribuna de compositores de la UNESCO con 'Aschermittwoch'. Fue miembro fundador de la Asociación de Compositores Sinfónicos Españoles, en 1976.
La labor pedagógica de González García de Acilu se ha dejado sentir en distintos compositores, muy especialmente en el grupo Iruñako Taldea. Realizó un amplio magisterio como profesor de Armonía en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, y como profesor de Técnicas del siglo XX en el Conservatorio Pablo Sarasate de Pamplona y en la Cátedra Jovellanos de la Universidad de Oviedo.
En el año 1998 se le volvió a conceder el Premio Nacional de Música como reconocimiento a toda una vida dedicada a la composición y al significado real de su producción en el panorama de la música de nuestro tiempo.