Como ya ocurriera en Riad, Osasuna saltó en este caso al Estadio de Mountjuic con un planteamiento defensivo. Los navarros esperaban al Barça en bloque bajo con una defensa de cinco efectivos para tratar de hacer daño al contragolpe. Los primeros compases fueron de dominio local, con un equipo culé que movía el balón de banda a banda, pero falto de velocidad, lo que le hacía ser previsible ante la poblada defensa osasunista, con hasta tres centrales de poderío por alto. David García estaba acompañado por Unai Gacía y Herrando, que fueron las grandes sorpresas del once titular escogido por Jagoba Arrasate para este partido. Jon Moncayola, Lucas Torró y Aimar Oroz eran los hombres que construían el medio campo, asistidos por Areso y Mojica en los costados. Budimir y José Arnaiz completaban el equipo en la parcela ofensiva.
Con dicho planteamiento el partido no empezó bien para el equipo catalán, que a los cinco minutos de juego veía cómo Ferran Torres tenía que ser sustituido por lesión. Fermín fue quien entró al verde en su lugar. En el minuto diez llegó el primer remate local, con un cabezazo de Lewandowsli que se marchó desviado al saque de un córner. Iba a ser el balón parado lo más peligroso que se viera durante la primera mitad, tanto en uno como en otro equipo.
Pasaban los minutos y aunque el Barça merodeaba el área de Osasuna, los azulgrana no daban la sensación de exigir demasiado a los de Pamplona. Eso hizo que poco a poco el equipo de Arrasate estirase líneas, aumentando la presión a campo rival. Rozando la media hora José Arnaiz protagonizó una interesante internada dentro del área, pero antes de rematar se quedó sin ángulo y se fue al suelo, reclamando penalti. Dos minutos después, en el 28, Mojica se asomó por el perfil izquierdo tras una buena triangulación, pero el centro-chut del cafetero se marchó muy desviado.
- Foto: Enric FontcubertaLuego sería Koundé el que remató de cabeza un saque de esquina, mandando el balón por encima del larguero. Cada córner llevaba mucho peligro, también por parte de Osasuna. Precisamente, fue al saque de un córner en el minuto 38 cuando llegó la ocasión más clara de los pamploneses. Torró ganó por alto el envío al área y Ante Budimir estuvo muy cerca de prolongarlo a gol en el segundo palo. Una pena porque el jugador croata se encontró la pelota y no pudo renatar en condiciones. Con el 0-0 se llegó al descanso.
En la segunda mitad Osasuna decidió subir líneas, situándose en bloque medio, lo que daba opción a que el Barça pudiera generar peligro a la espalda de la defensa. Así se vieron acciones de cierto riesgo en la frontal, pero tampoco se percibía gran peligro local, hasta que cumplida la hora de juego un centro desde la izquierda lo remató Víctor Roque en el primer palo. Así se adelantó el Barça y cuando Jagoba tenía preparado un triple cambio, Una García fue expulsado al ver la segunda amarilla. Era el minuto 66 y Osasuna se quedaba con un jugador menos.
Darko Brasanac, Rubén y Raúl García entraron al verde en sustitución de Aimar Oroz, Budimir y José Arnaiz. Fue precisamente con un hombre menos cuando más acciones de posesión tuvo Osasuna en campo del Barça. Raúl García estuvo muy cerca de empatar en el 75 de partido al recibir un balón dentro del área y cruzar su disparo. Esa pelota se marchó fuera lamiento el poste. Segundos después Moncayola mandó un fuerte envío desde la frontal con el que obligó al meta local a realizar una gran intervención.
Osasuna empujaba con diez y el Barcelona quería sentenciar con balones a la espalda de los centrales navarros. Era una batalla en la que Arrasate acabó apostando por Kike Barja y Pablo Ibáñez en la recta final del partido, sustituyendo a Torró y Moncayola. Cada balón era una disputa y el tiempo parecía correrr demasiado para los intereses osasunistas. Además, el colegiado tan solo añadió tres minutos de prolongación, a pesar de los cambios y una expulsión. Quedaban segundos y Osasuna colgaba balones al área, e incluso Aitor subió a rematar una falta primero y un córner después. Los navarros lo intentaron con todo pero el Barça logró aguantar. Los culés pidieron la hora y el colegiado acabó señalando el túnel de vestuarios.
Buen partido de los pamploneses pese al marcador adverso. Una jornada aplazada en la que Osasuna se queda como estaba, con diez puntos de ventaja sobre el descenso y otros diez puntos de distancia con los puestos europeos. El próximo domingo será el Celta de Vigo quien visite Pamplona.