Raúl García cerrará al final de esta temporada su etapa como futbolista profesional "feliz" y también "orgulloso" de su trayectoria en estas dos décadas en las que ha vestido las camisetas de Osasuna, del Atlético de Madrid y, las nueve últimas temporadas, del Athletic Club.
"Es un momento especial, pero para nada triste. Me lo tomo como algo feliz porque a partir de ahora voy a vivir otras cosas de las que he tenido que prescindir", aseguró el jugador navarro en el acto de despedida organizado por el Athletic en una abarrotada sala de prensa de San Mamés.
Con la presencia en las primeras filas de su familia y de la actual plantilla Raúl ha estado acompañado en primera instancia por el presidente, Jon Uriarte, y por José Ángel Iribar, leyenda del Athletic que ha expresado el "gran honor" de poder contar estos años con un "gran ejemplo" de "garra y entusiasmo por ganar" que está convencido que "en el futuro vendrá muy bien" al Athletic.
A un lado de la mesa, junto a una camiseta del Athletic con su nombre y el dorsal '22' que ha utilizado desde que llegó a Bilbao en el verano de 2015, estaban colocados los dos trofeos que ha ganado como león, la Supercopa de 2021 y la reciente Copa del Rey de 2024 conquistada el pasado 6 de abril en Sevilla.
El de Zizur Mayor (Navarra) comenzó su discurso dando las gracias a Osasuna, club en el que se formó con "un sentimiento rojillo" que vivió "desde la cuna", el Atlético de Madrid, donde le demostraron "muchísimo cariño" y también a todos los estamentos y personas con las que ha compartido estos años en el Athletic.
"No era 'athleticzale', pero me voy siéndolo", aseguró un Raúl muy agradecido también por las palabras previas que le dedicó una figura de la talla de Iribar que "cuando habla hay que callar y escuchar".
El navarro aseguró que tenía tomada la decisión de retirarse antes de la final de Copa y que aunque a nivel físico se encuentra "muy bien" consideraba que a sus 37 años y tras 20 en la elite había llegado el momento de "escuchar a la cabeza" y dedicar más tiempo a su familia.
"Llevo toda la vida anteponiendo mi trabajo como para ahora no ser sensato y darles el tiempo que me han dado ellos a mi hasta ahora", confesó antes de expresar también su orgullo más "por el cómo" que por esos la cifra de más de 800 partidos que ha disputado como profesional.
"Los números no me vuelven loco, solo me ratifican que he hecho bien las cosas. Me enseñaron una manera de vivir y de trabajar en el fútbol y en la vida que es la de insistir", añadió Raúl quien de cara al futuro no mira "más allá de la playa este verano".
"Necesito que el cuerpo me diga para dónde quiere que tire. Es un cambio grande y sé que necesito mi tiempo, pero cuando tomé la decisión no estaba en un momento de pánico pensando en la retirada. Ahora no veo más que cosas positivas", aseguró.
Cuestionado sobre su última gran aportación al Athletic sobre el terreno de juego, el penalti que marcó en la tanda de la final de Copa, Raúl aseguró que "no ha sido el penalti en el que más nervioso he estado" porque "no iba pensando en lo negativo que podía suceder".
"Siempre he intentado asumir mis responsabilidades y en ese momento tenía que estar. Había la sensación de negatividad porque parecía que el Mallorca iba a ganar en los penaltis. Puse mi granito de arena -tirando el primero de la serie- y los demás hicieron el resto", recordó.
"Todos los títulos tienen algo muy importante, pero por las finales de los años anteriores y por ese periodo de transición del equipo tanto el grupo como la afición se merecían esa alegría", destacó.
Previamente, en el discurso que abrió el acto, Jon Uriarte definió a Raúl como "una leyenda del fútbol español" que "ha escrito páginas increíbles en los tres clubes" a los que ha pertenecido.
"Es un ejemplo de profesionalidad y de estar siempre preparado para lo que se le pida, dentro y fuera del campo. Me gustaría destacar dos cosas de él, su carácter competitivo y que es un trabajador incansable", destacó el presidente del Athletic.