El Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Volker Turk, ha alertado este jueves del "rápido deterioro" de la situación de los Derechos Humanos en Cisjordania y Jerusalén Este desde el 7 de octubre, fecha de los ataques ejecutados contra Israel por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), y ha pedido a Israel que "ponga fin a las ejecuciones extrajudiciales y la violencia de los colonos" contra la población palestina.
El informe publicado durante la jornada por la ONU pide "el fin inmediato del uso de armas y medios militares durante operaciones de seguridad, el fin de las detenciones arbitrarias y malos tratos de palestinos y la retirada de las restricciones de movimiento discriminatorias".
Así, ha destacado que hasta el momento se ha verificado la muerte de 300 palestinos, entre ellos 79 niños, entre el 7 de octubre y el 27 de diciembre en Cisjordania y Jerusalén Este. De esta cifra, 291 palestinos murieron a manos de las fuerzas de seguridad, mientras que ocho murieron en ataques perpetrados por colonos.
Un palestino murió "a manos de las fuerzas israelíes o de colonos". De forma previa al 7 de octubre, 200 palestinos habían muerto en esta zona en 2023, la cifra más alta en un periodo de diez meses desde que la ONU empezó a realizar registros de este tipo en 2005, reflejo del repunte de la violencia en la zona ya antes de los ataques ejecutados por el grupo islamista palestino.
"Las violaciones documentadas en este informe repiten el patrón y la naturaleza de las violaciones recogidas en el pasado, en el contexto de una larga ocupación israelí de Cisjordania", ha manifestado Turk, quien ha recalcado que "sin embargo, la intensidad de la violencia y la represión es algo no visto en años".
"El uso de tácticas y armas militares en el contexto de operaciones de seguridad, el uso de una fuerza innecesaria y desproporcionada y la aplicación de restricciones de movimiento amplias, arbitrarias y discriminatorias que afectan a los palestinos son extremadamente preocupantes", ha dicho.
Por ello, ha reclamado a Israel "pasos inmediatos, claros y efectivos" para "poner fin a la violencia de los colonos contra la población palestina", "investigar todos los incidentes de violencia por parte de colonos y fuerzas de seguridad", "garantizar una protección efectiva de las comunidades palestinas contra todo tipo de traslado forzoso" y "garantizar la capacidad de las comunidades ganaderas desplazadas por los repetidos ataques por parte de colonos armados de volver a sus hogares".
De hecho, el informe recoge un "drástico aumento" de los bombardeos y las incursiones por parte de vehículos blindados y buldóceres en campamentos de refugiados palestinos y otras zonas densamente pobladas, operaciones que se han saldado con muertos, heridos y "daños extensos" a infraestructuras.
Estas operaciones han causado 105 muertos, entre ellos 23 niños, durante el periodo investigado, incluidos catorce palestinos muertos, entre ellos seis niños, en una operación de 30 horas entre el 19 y el 20 de octubre en el campamento de refugiados de Nur Shams, en la ciudad cisjordana de Tulkarem.
Abusos contra detenidos
Por otra parte, las fuerzas israelíes han detenido a más de 4.700 palestinos, entre ellos cerca de 40 periodistas, en Cisjordania y Jerusalén Este. "Algunos fueron desnudados, se les vendaron los ojos y se les retuvo durante horas con las manos y las piernas atadas, mientras los soldados les pisaban la cabeza y la espalda, les escupían y en algunos casos les sometían a violencia sexual y de género", afirma el informe.
En lo relativo a la violencia por parte de los colonos, el documento recoge una media de seis incidentes diarios, incluidos ataques armados, quema de viviendas y vehículos y desarraigo de árboles. En "muchos" de estos casos, los colonos estaban acompañados por miembros de las fuerzas israelíes y vestían ellos mismos uniformes oficiales, portando además fusiles de asalto.
"La deshumanización de los palestinos que caracteriza muchas de las acciones de los colonos es muy preocupante y debe terminar inmediatamente. Las autoridades israelíes deberían censurar firmemente y evitar la violencia de colonos y juzgar a los que la instigan y la llevan a cabo", ha subrayado Turk.
La oficina de Derechos Humanos de la ONU ha recordado además que las autoridades israelíes han impuesto restricciones extensas y sistemáticas al movimiento de los palestinos desde el 7 de octubre, llevando a cerrar casi todas las entradas a localidades palestinas en Cisjordania, desconectando algunas de ellas de las carreteras principales.
"El informe reitera nuestros llamamientos para el fin de las medidas que llevan a la creación de un ambiente de coacción y nuestras preocupaciones sobre el traslado forzoso de población, además de la continuada falta de rendición de cuentas por la violencia por parte de los colonos y las fuerzas de seguridad de Israel", ha zanjado Turk, que ha pedido a Israel que permita el acceso al país a su oficina, también para informar de los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás.