La Colegiata de Roncesvalles ha inaugurado este sábado su Año Santo Jubilar para conmemorar el 800º aniversario de la consagración del templo y el altar.
El jubileo se ha abierto a las 18 horas con una eucaristía presidida por el arzobispo de Pamplona y Tudela, Francisco Pérez, quien ha destacado que el Año Jubilar de la Colegiata "tiene una sola finalidad, reconciliarnos con Dios y con los hermanos". "No hay gozo mayor en la experiencia humana que sentirse amado y perdonado", ha manifestado el arzobispo en su homilía.
Según ha señalado, "en estos momentos que el ser humano parece arrogarse que él lo sabe todo y lo domina todo, se encuentra despojado de si por medio de un virus que se ensaña sin medida".
"Todos queremos que desaparezca cuánto antes y así será con el tiempo, pero tal vez esto nos puede hacer reflexionar y entender que somos vulnerables y muy limitados. Esta pandemia sobre todo nos conciencia que somos seres humanos que hayamos, en la raíz de nuestra propia naturaleza humana, una gran limitación", ha remarcado Francisco Pérez.
En este sentido, ha puesto en valor que el Jubileo de Roncesvalles "tiene esta finalidad y es la de reconocernos débiles y pecadores".
Para el arzobispo de Pamplona, "este Jubileo de Roncesvalles ha de ayudarnos para mostrar que la vida cristiana es la mejor opción en el camino de la auténtica humanización que hoy ansía la sociedad". Y ha pedido "no desistir de ser buena semilla y buena levadura".
"Los que buscan manipular, con ideas o gestos de dominio, a las leyes propias de la naturaleza y a la ley de Dios, encizañan y engañan el auténtico sentido de lo que es la verdad y la justicia. Sus propios pasos seguirán pero al final serán juzgados por sus defectos de delirio. Nada ni nadie puede desafiar a Dios, él tiene paciencia como nos muestra el evangelio, pero al final vence la verdad", ha manifestado.
En su opinión, "el gran reto que hoy nos pide la conciencia recta y noble es seguir los caminos de la sabiduría" y ha afirmado que "la mejor inversión que podemos hacer en la vida es ser buena semilla".
Con motivo del Año Santo Jubilar de la Colegiata de Roncesvalles, inaugurado este sábado, se han organizado distintos actos culturales y religiosos, todos ellos adaptados a las medidas sanitarias y de aforos ante el Covid-19.
Así, entre otras celebraciones, el 25 de julio, día de Santiago, habrá una misa en memoria de las víctimas del Covid-19; y el 15 de agosto, a las 18 horas, se celebrará la fiesta de la virgen en memoria por los fallecidos en la batalla de Roncesvalles, ocurrida ese mismo día del año 778.
A continuación, en el silo de Carlomagno, se rezará un responso por los difuntos y se recordará a los peregrinos ahí enterrados a lo largo de los siglos.