Derrota de Osasuna por 3-1 en su visita a Vallecas, donde los navarros ofrecieron dos caras bien distintas. En la primera mitad se pudo ver sobre el verde un equipo compacto, con la intención de jugar el balón y de mostrar una imagen parecida a la vista en El Sadar. Sin embargo, en el segundo tiempo el equipo de Vicente Moreno pareció renunciar al balón, con excesivo juego en largo y acabó siendo superado por el cuadro local.

En la primera mitad no hubo un dominador claro, pues se veía a dos equipos que presionaban en campo rival y cuyo orden táctico restaba al talento individual de los futbolistas. Así, fue la calidad de estos la que decantó el devenir del marcador. Un saque en largo de Sergio Herrera lo peleó Raúl García y tras un rechazo, de nuevo un balón aéreo le llegó al delantero rojillo, que por medio de un gran control y mejor aun golpeo puso el 0-1 a los 27 minutos de juego. Fantástico remate desde fuera del área que sorprendió al portero local. Antes había sido Bryan Zaragoza quien protagonizó una acción individual, zafándose de varios rivales, pero que su remate se marchó fuera. Eso sería de lo poco que hizo dicho jugador, que con el paso de los minutos se fue apagando, sin ofrecer apenas ayudas defensivas a Abel Bretones.

Ya en la segunda parte fue el Rayo Vallecano quien saltó al verde con una marcha más. Los de Íñigo Martínez buscaban el empate y lo acabaron encontrando a los 50 minutos de partido. Otro gran gol, en este caso de A. Mumin, superó a Sergio Herrera por el palo corto. Ese gol dio más alas al conjunto madrileño, ante un Osasuna que convirtió el partido en un corre calles. Ese ida y vuelta lo aprovechó el Rayo, fundamentalmente en la banda derecha de su ataque, donde Abel Bretones acabó sufriendo sin ayudas. De esa manera llegaría el 2-1 de Andrei, con un remate sin oposición que no pudo detener Herrera. Antes el balón pegó en un defensor.

Ya por delante en el marcador los cambios le sentaron mejor al conjunto de Vallecas, ante un Osasuna que jugaba con más corazón que cabeza. A pesar de la entrada de Budimir no hubo apenas acciones de peligro, aunque cosas del fútbol, Rubén Peña estuvo cerca de empatar con un cabezazo que se marchó al poste. Lo hizo tras un centro de José Arnaiz. 

Ya en el tiempo de prolongación, Unai López hizo la sentencia con el 3-1 después de una acción al contragolpe en la que la defensa rojillo acabó muy hundida.

Acaba la quinta jornada de liga y Osasuna no termina de convencer lejos de El Sadar.